[dropcap]E[/dropcap]l mango y el aguacate son frutas que se consumen mucho en República Dominicana. Pero los dominicanos no son los únicos que las prefieren. Con su sabor y propiedades nutritivas se han ganado mercados como Estados Unidos, Holanda, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España y otros países de Europa.
El año pasado, la exportación de aguacate creció un 91.2%, pasando de US$16.6 millones en 2015 a US$31.7 millones. Mientras que las de mango experimentaron un crecimiento de un 28.8%, al aumentar de US$15.7 millones en 2015 a US$20.2 millones en 2016, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura.
En tanto que en 2015 las exportaciones de ambas frutas se redujeron bastante por la fuerte sequía que afectó al país y por la presencia de la Mosca del Mediterráneo.
Rafael Leger, presidente del Clúster del Mango, explica que la veda que impuso Estados Unidos por la Mosca del Mediterráneo no afectó las exportaciones de ese año, porque ese país exige que la fruta sea sometida a un tratamiento hidrotérmico para eliminar la mosca caribeña, endémica de República Dominicana.
Aunque agrega que la sequía de la época perjudicó la cosecha. “Esa sequía hizo que el crecimiento exponencial se detuviera un poco, pero ya retomamos”.
Sin embargo, José Rosa, presidente del Clúster del Aguacate, asegura que la Mosca del Mediterráneo provocó una disminución en las exportaciones a Estados Unidos, que es el principal destino de la fruta.
“Un porcentaje importante hubo que comercializarlo internamente o destinarlo a otros mercados que no ofrecen facilidades como el mercado norteamericano”, destaca.
De acuerdo con Rosa, República Dominicana produce alrededor de 200 mil a 300 mil toneladas al año, de las que se exportan unas 30 mil (10%), mientras que el 90% restante se consume en el país.
Expectativas
Para este año, las perspectivas son mejores, porque las áreas sembradas de mango se están extendiendo, declara Rafael Leger.
“Hemos tenido un crecimiento exponencial increíble y ya nos están conociendo a nivel internacional, porque antes no sabían que nosotros éramos productores de mango”.
Señala que en el periodo 2003-2004 existían 17 mil tareas, un poco más de mil hectáreas, y actualmente hay alrededor de 100 mil tareas, apróximadamente 6 mil hectáreas.
El panorama no es el mismo para los productores de aguacate, porque las recientes lluvias perjudicaron la futura cosecha, ya que ocurrieron cuando las plantaciones estaban en floración. “El exceso de lluvia provoca el aborto de las flores y la caída de los pequeños aguacates que tienen formados. Es decir que afectó fuertemente la futura cosecha que viene para final de año y principios del 2018”, sostiene José Rosa.
Además, los aguaceros destruyeron los caminos vecinales que dan acceso a la zona de Cambita, en San Cristóbal, donde se encuentra el 35% de las plantaciones del aguacate cáscara verde, y los productores no pueden entrar a las parcelas.
Cosecha
El mango y el aguacate son cultivos estacionarios que se cosechan en una época determinada. El mango se produce desde abril hasta septiembre, pero el periodo se ha ido extendiendo por las nuevas variedades que se han ido introduciendo y que empiezan más temprano.
Rafael Leger explica que en ocasiones empiezan a cosechar en marzo, dependiendo del clima, y si al final del año productivo no hay tantos insectos, se puede continuar produciendo durante el mes de septiembre.
Mientras que la mayor oferta de aguacate se origina de octubre a marzo, pero de abril a septiembre se podría localizar un 20% de la cosecha. “Ahora mismo la oferta es bastante baja”, apunta José Rosa.
Nuevas variedades
Precisamente por la condición estacionaria de los cultivos, los productores de ambas frutas están estudiando la opción de introducir nuevas variedades para comercializarlas en la época de menor oferta y de mayor demanda, y así obtener mayores beneficios.
Rafael Leger revela que el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) está desarrollando nuevas variedades traídas de Estados Unidos, que son nichos de mercados en ese país y en Europa.
De acuerdo con Leger, en pocos años esas variedades van a ir sustituyendo las que se producen actualmente.
“Son 15 variedades que se están analizando, procedentes de Asia, la India, Pakistán, Israel y Estados Unidos, para esos nichos de mercado que existen en Inglaterra, Europa, Alemania, Francia y España, donde los emigrantes quieren comer su mango y tienen su entrada en una temporada, pero nosotros los producimos en otra y podemos aprovechar la coyuntura de esos espacios”, expresa.
José Rosa afirma que el clúster que preside también busca reproducir las variedades de aguacate que pueden tener mejores oportunidades y precios en el periodo de escacez.
Actualmente las principales variedades que se exportan son “semil 34”, dentro de los denominados cáscara verde y el hass (pequeño y tiene la cáscara morada) y el carla, que se produce principalmente en la zona de Ocoa.
La mayor parte de la producción de aguacate está en el Sur: San Cristóbal, Elías Piña, Pedernales, Bahoruco, San Juan, Ocoa, Padre de la Casas y Barahona.
Además, hay cultivos en Puerto Plata (Altamira), Moca (Villa Trina), La Romana, Hato Mayor y El Seibo.
En cuanto al mango, las variedades que más se comercializan es el keitt, seguida del mingolo, banilejo, grano de oro y gota de oro.
Esta fruta se produce principalmente en Peravia, San Cristóbal, Azua, San Juan, Barahona y Neyba
Financiamiento
El presidente del Clúster del Aguacate manifiesta que uno de los principales problemas del sector es la falta de financiamiento, porque se necesitan cuatro años para empezar a producir.
“No se consigue financiamiento a largo plazo. Es un cultivo que requiere de una gran inversión y si la banca no presta hay que hacerla con recursos propios, pero no todo el mundo tiene dinero disponible para invertirlo y esperar cuatro años para el retorno”, explica.
Actividad agropecuaria
De acuerdo con el informe del Banco Central de enero-marzo de este año, la actividad agropecuaria registró un crecimiento interanual de 7.5%, como resultado de la política de apoyo al sector que implementa el Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura y sus dependencias.
Dentro de estas medidas, el informe destaca la política de incentivos de rescate basada en la facilidad de crédito a los pequeños y medianos productores, así como el plan de contingencia orientado a revertir los daños provocados por las lluvias de finales de 2016 y principios de año, en zonas altamente productivas, principalmente en la Línea Noroeste y el Cibao Central, además de las asistencias técnicas, suministro de semillas y fertilizantes, de manera continua.
En este mismo orden, se destacan los desembolsos del Banco Agrícola, los cuales ascendieron a RD$4,612.5 millones durante el primer trimestre del año, para un crecimiento de 43.2% respecto a igual período del año anterior.
Agrega que según las evaluaciones realizadas por el Ministerio de Agricultura, el Instituto Agrario Dominicano y la Junta Agroempresarial Dominicana, los daños provocados por las recientes lluvias que impactaron el país no resultaron ser significativos, de forma tal que no se afectarían las perspectivas favorables de crecimiento del sector para el resto del año.
No obstante, los productores de aguacate sí consideran que las lluvias afectaron la cosecha de este año.