La Escuela Económica
Por Esteban Delgado
Es costumbre al inicio de un nuevo año tratar de predecir si será mejor o peor que el anterior. Un vaticinio difícil de hacer y por lo regular los resultados tienden a ser distintos a lo que se había anunciado.
Pero es posible identificar aspectos que pudieran beneficiar la gestión estatal en un año determinado y otros que pudieran afectarle.
Desde el punto de vista fiscal, el 2014 apunta a ser mejor o menos malo que el 2013. Esto así, porque el año recién pasado fue de ajustes, de recuperación ante el déficit extraordinario heredado del 2012. Ya para este nuevo año habrá incluso ingresos fiscales extraordinarios, pues además de los que se han de lograr por la reforma fiscal del año pasado, está el reajuste al ITBIS de 8% a 11% en los productos que entraron a ser gravados con ese impuesto.
También se agrega la aplicación este año del impuesto de 1% sobre el valor de los vehículos como derecho de circulación, lo que se conoce como el marbete.
En forma adicional, el Gobierno recibirá recursos extras por la ganancia de capital que implica la venta del 88% de acciones de la empresa de telecomunicaciones Tricom, así como de la totalidad de la telefónica Orange a la multinacional Altice. Esos recursos vienen a sumarse a los ingresos extras que se han de obtener tras la modificación del contrato con la minera Barrick Gold, con lo que de seguro la situación fiscal del Gobierno de Danilo Medina será mucho más holgada este año.
Pero desde el punto de vista social, en los aspectos de reclamos de la población, de la institucionalidad, lucha contra la inseguridad ciudadana, incrementos de precios de artículos de la canasta básica y del desempleo que predomina y no da señales de mejorar, es seguro que este año vendrá con más inconformidades que el pasado.
En 2013 la ciudadanía aguantó, aceptó los ajustes, no se quejó demasiado ante los aumentos de precios, no criticó al Gobierno ante situaciones que en otros tiempos o con otro presidente de seguro implicarían protestas masivas.
Fue el primer año de un nuevo presidente y había que darle la oportunidad de recomponerse, de armar su gestión.
Ahora, en 2014, es seguro que la población comenzará a exigir resultados, a reclamar del Gobierno acciones palpables que vayan más allá de los anuncios. A eso se agrega que 2014 es el año de la mitad del período de gestión gubernamental, el año en que los gobiernos comienzan a desgastarse y en que la gente requiere de mejoras en su situación o de lo contrario tiende a protestar.
En todo caso, si se toma en cuenta que este año será de muchos reclamos, pero que a la vez el Gobierno recibirá más recursos, entonces puede ser que con una gestión inteligente se logre apaciguar una cosa con la otra y que al final tengamos un 2014 menos malo que el 2013.
Entre una cosa y otra, es bueno que el presidente Medina le exija a sus funcionarios, que se concentren en sus funciones y no en aspiraciones particulares, lo cual será difícil en medio de un proceso de reforma interna de su partido. Esperemos…
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