[dropcap]E[/dropcap]l rector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), Rolando Guzmán, publicó recientemente un estudio sobre la economía dominicana que abarca un período de medio siglo. Lo tituló “Dilema económico de la democracia dominicana”, donde plantea y analiza aspectos relacionados con el crecimiento, la estabilidad y la distribución de las riquezas.
Son siete capítulos de análisis claros y bien referenciados sobre lo que ha sucedido con nuestra economía en el período democrático más extendido y estable que hemos tenido los dominicanos. Como es sabido, desde la proclamación de la independencia en 1884 hasta el ajusticiamiento de Rafael Leonidas Trujillo, República Dominicana vivió diversos episodios de inestabilidad política que, en cierto modo, también se reflejó en la economía.
Pero Guzmán no se refiere a este período; su análisis abarca desde 1961 a 2011, que fueron 50 años de democracia. Plantea diversos dilemas, pero hay uno que, particularmente, me ha llamado la atención: el modelo de zonas francas y cómo su evolución presenta cifras que pudieran ser un tanto contradictorias, a menos que no se justifiquen mediante el análisis de las variables una por una.
A toda luz, las zonas francas son un modelo de desarrollo que abre las puertas de la economía a inversiones cuyo objetivo principal es producir para exportar a cambio de generar empleos que, por supuesto, se convierten en dinamizadores económicos. ¿Qué cantidad de las divisas que generan las zonas francas entran realmente a la economía local? Esta pregunta podría tener diversas respuestas. Lo que sí sé es que en términos matemáticos ayudan a reducir el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos.
El año en que las zonas francas registraron más empleados fue en 2000 cuando había 195,262 personas con empleos directos en el sector. Los datos, puestos de manifiesto en el estudio de Guzmán, establecen que funcionaban 481 empresas con un promedio de 406 puestos de trabajo.
En la medida que pasan los años la realidad es diferente. Con 578 empresas instaladas el sector sólo genera 125,117 empleos y el promedio de puestos de trabajo es de 218, o sea, prácticamente a la mitad de lo que era en 2000.
El modelo de zonas francas, según los números, lo que ha hecho es ser más eficiente. Esto es, que con menos empleados y más empresas instaladas la productividad es similar al 2000, año en que las exportaciones totalizaron US$4,770.6 millones, mientras que ahora (más empresas y menos empleados) el monto es de US$4,814.1 millones. Podría decirse que ahora son más productivas.