[dropcap]E[/dropcap]l consumidor de hoy no tiene tiempo, quiere que con un simple clic todas sus necesidades y obligaciones se resuelvan, evitando desplazamientos, largas filas, esperas innecesarias y procesos burocráticos. Está preparado para pagar por productos que simplifiquen su vida, la cual es cada vez más ocupada y rápida.
Prefiere resolver sus planes de acción a través de correos, chats, foros, grupos y redes sociales que de manera personal, manteniéndose informado y actualizado en tiempo real de todo lo que pasa en el mercado.
El consumidor de hoy está en una posición de ventaja que lo lleva a entender que su valor está por encima de las marcas. Además, conoce sus derechos de expresar sus opiniones, de tomar decisiones y de exigir valor por el dinero que paga, generando un entorno bastante competitivo.
En la actualidad existe una sobreoferta y demanda online de productos y servicios en casi todas las categorías. El consumidor puede elegir lo que quiere, en muchos casos de manera personalizada, realizando así comparaciones y recibiendo recomendaciones y referencias de la calidad del producto o servicio de personas conocidas o clientes de la marca.
Las nuevas tecnologías han permitido que las últimas generaciones, nativos digitales y millenials, realicen la mayor parte de su comunicación de manera digital a través de su móvil, tabletas y laptops, socializando con personas desconocidas y de otras nacionalidades, así como el acceso a informaciones sin límite.
Los consumidores son protagonistas en los medios digitales, deciden qué información ver o no ver, que web visitar, evitando el contenido que no esté enfocado a sus necesidades y compartiendo aquel que es de interés.
El consumidor ha cambiado porque tiene un mayor y más rápido acceso a la información que le interesa. La cantidad de teléfonos móviles supera la cantidad de personas. Cada día son más las aplicaciones que utiliza el consumidor para eficientizar su trabajo y tareas diarias. La mayoría de los servicios han pasado a estar alojados en la nube, facilitando procesos y seguridad de datos. El comercio electrónico ya es una forma de comercialización masiva; las aplicaciones de mensajería facilitan la comunicación rápida a través de mensajes, llamadas o videoconferencias y las redes sociales ha transformado la manera de interactuar, influyendo en la elección al consumir.
La tecnología ha generado un cambio en los hábitos de consumo y, en consecuencia, las empresas deben ofrecer a sus clientes una oferta personalizada, una experiencia única que vaya evolucionando de acuerdo a los gustos, preferencias y necesidades de los clientes, optimizando continuamente el servicio. La empresa debe responder con soluciones rápidas, que le facilite la vida a su cliente y no le haga perder tiempo.
El consumidor actual no está comprometido con una marca, es mucho más exigente y seguirá cambiando. Las empresas deben conocer bien sus a clientes actuales y potenciales para satisfacer sus necesidades inmediatas y futuras, logrando establecer una relación estrecha con el consumidor.