[dropcap]L[/dropcap]a reciente decisión dividida del Comité Nacional de Salarios (CNS) de aumentar un 20% los sueldos mínimos del sector privado no sectorizado ha generado la queja del sector empresarial, el cual argumenta que ese incremento provocará despidos en muchas empresas.
Esa posición ha sido rechazada por los sindicatos que representan a los trabajadores, en el entendido de que un incremento salarial mayor aumenta el poder adquisitivo de los empleados, quienes van a consumir más y eso beneficiaría a las empresas que ofrecen bienes y servicios, por lo que produciría un círculo positivo en beneficio de ambas partes.
El Ministerio de Trabajo conoce una impugnación contra el aumento interpuesta por la Confederación Patronal Dominicana (Copardom), organización que propone que, de aplicarse el 20%, sea en forma escalonada, a lo cual se opone el Consejo Nacional de Unidad Sindical (CNUS).
Pero en esta ocasión vamos a concentrarnos en el argumento de que el aumento salarial provocaría pérdidas de empleos o, lo que es lo mismo, despidos masivos de empleados. La realidad parece indicar lo contrario.
Hemos tomado las estadísticas de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT) del Banco Central para observar la forma en que se ha comportado la generación de empleos formales durante los últimos 13 años. Como saben, esa ENFT se realizaba dos veces al año (abril y octubre), por lo que hemos tomado como referencia los resultados al cierre de octubre.
Los resultados indican que en la mayoría de años donde se han producido aumentos de salarios mínimos es cuando mayor cantidad de empleos formales se han generado.
Comenzando con el año 2004, cuando todavía se sentían los efectos de la crisis financiera local que afectó la economía del país, se realizó un incremento salarial y se generaron 57,431 nuevos empleos, casi el doble de los 28,703 que se habían generado el año anterior.
Luego se revisaron los salarios en 2007, año en que se registraron 88,133 nuevos empleos; esto es más que los 78,968 del año 2006.
Pero si nos vamos a los años más recientes vemos que en 2015, año de aumento salarial, el país generó 127,337 nuevos empleos formales, mientras que en 2014, cuando no hubo aumento, los empleos nuevos sólo llegaron a 102,838.
En 2013, también un año de aumento salarial, la generación de empleos fue de 95,047, muchísimo mayor que el año anterior cuando en lugar de generación de empleos hubo pérdida por el orden de los 5,130, de acuerdo con la ENFT del Banco Central.
Solo en 2011 y 2009, cuando hubo aumentos salariales, no se registraron aumentos en la generación de nuevos empleos formales frente a años anteriores.
Esto indica que desde 2004 hasta 2016 se registraron seis revisiones de salarios mínimos del sector privado no sectorizado y en cuatro de esos seis años de aumentos hubo crecimientos significativos de generación de empleos formales nuevos en relación con los años sin ajustes.
Pero además, de los dos años restantes, uno registra menos empleos que el anterior, pero como quiera muestra empleos nuevos. Ese fue el 2011 cuando se registraron 65,993 nuevos puestos, lo que indica que no se perdieron, sino que como quiera creció la oferta laboral, aunque en menor cantidad que el año anterior cuando las vacantes llenadas llegaron a 73,294.
El único año de aumento salarial en que se perdieron puestos de trabajo fue el 2009 con -44,253 puestos y la explicación no se relaciona directamente con el alza salarial, sino con la crisis económica mundial que se produjo en 2008 y que tuvo impacto negativo en República Dominicana.
Las estadísticas no mienten. La ENFT del Banco Central demuestra que en años de aumento salarial no se pierden empleos, sino que, por el contrario, se generan más empleos formales que en los años en que no ha habido aumentos de salarios.
Con este humilde aporte solo queremos exhortar al sector patronal a que no use ese argumento para justificar su oposición al incremento de 20% recientemente aprobado, porque es fácil de desmontar con los indicadores estadísticos oficiales. Otros argumentos como la reclasificación de empresas, pudieran ser más valederos.