[dropcap]E[/dropcap]scuchar a alguien decir que los taponamientos en la capital dominicana y otras ciudades del país se deben, principalmente, al ascenso social, ¡caramba!, es como estar en medio de un circo que no produce risas ni divierte a los espectadores. Y se ha escuchado.
¿Cómo puede un ser humano con dos dedos de frente, sea quien sea, pensar que los tapones son causados porque ha mejorado la economía particular de los ciudadanos? En parte sí, pero esa no es toda la verdad o justificación a estos molestosos tapones que afectan la productividad y ponen a prueba la paciencia de los ciudadanos.
Hay que buscar otras razones: falta de educación y autoridad, o sea, un régimen de consecuencia que funcione adecuadamente; la inobservancia de quienes tienen que dar el ejemplo, como las mismas autoridades, y los ciudadanos comunes que no respetan las señales de tránsito, por ignorancia o porque saben que no les pasará nada.