[dropcap]E[/dropcap]l Estado dominicano destina cuantiosos recursos a la celebración de la Feria del Libro de Santo Domingo (FILSD), un evento cuestionado en los últimos años por distraer su propósito de fomentar en la población el hábito de la lectura e impulsar la industria editorial con el robustecimiento de editoras y librerías.
Este 2017 la actividad, programada para iniciar este viernes 21 de abril, costará a los contribuyentes unos RD$78 millones, un presupuesto menor que el de RD$98.6 millones del año pasado.
La organización de la XX Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2017, que concluirá el 1 de mayo, está a cargo de un comité encabezado por la reputada periodista Ruth Herrera e integrado por León Félix Batista, Pedro Antonio Valdés y Valentín Amaro.
Según los datos suministrados por el Ministerio de Cultura, que encabeza el escritor e intelectual Pedro Vergés, el evento tendrá un presupuesto más bajo que en años anteriores: en 2015 conllevó una inversión de RD$131.7 millones; en 2014, RD$146.6 millones y en 2013, RD$108.07 millones.
Para este 2017 Cultura tiene presupuestado una partida de RD$120 millones para “preservación de materiales bibliográficos”, un 5.4% de su presupuesto general, que asciende a RD$2,241.3 millones.
A la inversión operativa en el montaje de la Feria del Libro que hace Cultura se suma el gasto en los pabellones de las distintas dependencias del Estado, que podrían ser cuantiosos, como ocurrió en 2014, cuando el Ministerio de Educación, encabezado entonces por Carlos Amarante Baret, destinó RD$18.6 a una opulenta réplica de la sede de la entidad, considerado un derroche innecesario por diversos sectores, incluyendo a la fundación Acción Empresarial por la Educación (Educa).
Otras entidades, como el Archivo General de la Nación (AGN) con una carpa sencilla, ofertan a bajos precios una amplia variedad de libros, incluyendo reediciones de textos fundamentales de la historia dominicana. Pero para este año la entidad confronta dificultades para imprimir nuevos títulos, debido al Decreto 15-17, del 8 de febrero de 2017, que establece los procedimientos para el control del gasto y el pago a proveedores del Estado.
En 2016, un año con elecciones, la FILSD se realizó entre el 19 de septiembre y el 2 de octubre, a diferencia de su habitual desarrollo de fin de abril, cuando unos hermosos robles decoran la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte y sus alrededores, en el Distrito Nacional, y regalan el rosado intenso y el blanco de sus flores a la primavera.
Vende poco
También en 2016 la feria, con un ministro de Cultura escritor, se concentró en eventos relacionados con el libro y actividades culturales, a diferencia de otros años en los que en su espacio predominaron los espectáculos populares y la comercialización de artículos diversos, comidas y otros bienes disociados del mundo editorial.
Cada año, Cultura realiza una evaluación sobre la feria con base a una encuesta. La última arroja una mejoría, ya que el 45% de los visitantes asegura que acudió al evento por la compra de libros, mientras el año pasado eran solo el 33%.
“Cumpliendo con el objetivo principal de la celebración de la Feria del Libro, el 46% de los visitantes tiene como motivo acudir a la misma para la compra de libros, en menor escala se encuentran los que acuden por curiosidad con 17%, por visitar la feria el 15% y por recreación el 11%”, resalta el informe.
Sin embargo, falta mucho para concretar el objetivo del evento: El 58% de los asistentes consulados no compró ningún libro, el 14% sólo adquirió uno y el 10% solo dos. Hay que reconocer que la oferta editorial se ha visto disminuida; excepto por las ofertas del AGN, la Editora del Ministerio de Cultura y las liquidaciones que hizo Algaguara hace varios años.
La venta del libro físico compite además contra el electrónico en una época de nativos digitales. Resulta fácil y rápido, por ejemplo, descargar una novela de Fernando Aramburu por hasta un dólar desde Amazon que pagar RD$1,000 o más por la misma obra en una librería.
Los lectores también pueden acceder online a revistas importantes para el conocimiento que ya no llegan a República Dominicana, como la National Geographic que se dejó de importar hace más de un año.
Inversión en el Libro
El libro figura en el Presupuesto Nacional con un “gasto tributario”, al ser favorecido con la Ley No. 502-08 del Libro y Bibliotecas.
El Presupuesto 2017 favorece a 13 sociedades del sector del libro y la biblioteca con la exención del cobro de RD$97.9 millones en el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Jurídicas, el cual tiene una tasa nominal de 27%.