[dropcap]L[/dropcap]a escasez de dólares en el mercado dominicano fue superada. No se ha explicado si fue porque se estabilizó la demanda, si la economía generó más divisas o fue por la advertencia del Banco Central de inyectar hasta US$275 millones para atender los requerimientos de los importadores.
En términos reales la tasa apenas se movió US$0.6463 para la compra (1.39%) y US$0.6505 para la venta (1.40%) entre el 1 de enero y 29 de marzo de este año.
“Las cosas han vuelto a su normalidad, ahora nos están vendiendo dólares”, expresó Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, al dejar inaugurada la IV Semana Económica y Financiera. En marzo la apreciación del dólar frente al peso fue de sólo 0.26% para la compra y de 0.24% para venta.
La “demanda inusitada”, como fue calificada a principios de febrero por el presidente del Banco Popular, Manuel A. Grullón, ha puesto a prueba en más de una ocasión la capacidad de gestión de las autoridades monetarias.
Hace exactamente un año, en marzo de 2016, luego de una reunión con los tesoreros de las instituciones de intermediación financiera, Valdez Albizu anunció la decisión de colocar gradualmente en el mercado de divisas entre US$100 y US$200 millones para satisfacer los requerimientos de dólares de los agentes económicos, como manera de contribuir con el comportamiento normal de las actividades productivas del país.
Sin embargo, República Dominicana no es el único país del bloque de naciones que conforman el Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) que ha tenido que intervenir en el mercado de divisas, a fin de mantener las aguas tranquilas.
Los bancos centrales de Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua, de alguna forma u otra, han tenido que intervenir dentro de los parámetros establecidos para estabilizar situaciones anómalas. Entre 2015 y los dos primeros meses de 2017 compraron US$7,899.5 millones y vendieron US$6,284.9 millones.
En febrero de este año el Banco Central de Costa Rica intervino en el mercado cambiario comprando divisas por US$55.5 millones y vendiendo US$217.2 millones. Este país tiene la mayor ponderación del monto destinado a compra y venta de divisas en los últimos dos años en la región. Compró US$5,582.5 millones y vendió US$5,646.8 millones.
Guatemala también tuvo que intervenir en el mercado. En febrero de este año el Banco Central compró divisas por US$66 millones. En los últimos dos años ha comprado US$1,710.4 millones y vendido US$113.9 millones. Su política monetaria se enfoca, básicamente, a la compra de dólares para incluir en el mercado.
Honduras es un caso particular. El Banco Central de este país mantiene un sistema de bandas cambiarias, que consiste en asignar divisas a los agentes económicos mediante subastas diarias, en las cuales debe cumplirse que la propuesta para la compra no deberá ser mayor del 1% del promedio del precio base vigente en las últimas siete subastas.
Según su política o estrategia, el precio base de las subastas se modifica cada cinco eventos con una regla que incluye el diferencial de inflación interna y externa, una canasta de monedas y el nivel de reservas internacionales netas (RIN).
Un documento del CMCA explica que con el objetivo de contar con un marco actualizado de la política cambiaria se aprobó en diciembre de 2016 un nuevo Reglamento y Normativa Complementaria para la Negociación en el Mercado Organizado de Divisas, efectivo a partir del 13 de febrero de 2017.
El Reglamento contempla el desarrollo de un mercado interbancario de divisas, permitiendo que los agentes cambiarios transfieran el 90% de las divisas adquiridas de sus clientes al BCH a más tardar el siguiente día hábil de su compra y utilizar el 10% restante para cubrir erogaciones propias y negociarlas en el mercado interbancario.
Nicaragua, que comprende una de las economías más pequeñas de Centroamérica, intervino en enero de este año al comprar divisas por US$12.6 millones y vender US$6.2 millones.
Según los datos disponibles, entre 2015 y enero de 2017 el Banco Central de Nicaragua compró US$606.6 millones y vendió US$524.2 millones.
De la región
A mediados de febrero el Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) aprobó una modificación a las Normas Generales del Sistema de Interconexión de Pagos (SIP), como parte del proceso de reforzamiento como instrumento de la integración financiera regional.
El SIP es un sistema respaldado por los bancos centrales de Centroamérica y República Dominicana, que permite realizar transferencias internacionales con rapidez, seguridad y bajo costo entre personas y empresas de los países de la región.
La normativa se adecúa a las condiciones de cambio y competitividad continua en los mercados financieros, permitiendo que el SIP incremente su importancia como instrumento de la integración económica.
Cambios en la normativa
Los miembros del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) consideraron necesario aplicar algunos cambios o mejoras en la forma o procedimiento del Sistema de Interconexión de Pagos (SIP).
Entre los cambios más relevantes están: mayor precisión en las responsabilidades de los bancos centrales y comerciales participantes dentro del ciclo de pagos dentro del SIP; se define el procedimiento para la incorporación de nuevos participantes directos dentro del sistema, posibilitando así la ampliación del servicio a otros países interesados en ser parte del SIP; se fortalecen las capacidades de los bancos centrales que respaldan el SIP para avanzar en el proceso de automatización plena del servicio, como un elemento fundamental para la seguridad, rapidez y eficiencia.
Además, según el documento, se robustecen las facultades y responsabilidades de vigilancia del SIP, pero además se refuerzan las atribuciones y responsabilidades del administrador del sistema, que deberá observar los principios para las infraestructuras del mercado financiero.
El ejemplo de interconexión de pago implementado en Centroamérica y República Dominicana ha llamado la atención de algunos de los países sudamericanos, lo que posibilita más la integración.