[dropcap]E[/dropcap]s importante conocer sobre los métodos utilizados para estimar el desempleo. Los dos indicadores más usados son: la tasa de desocupación abierta y la tasa de desocupación ampliada. Pero ¿cuál es la tasa de desocupación que expresa con mayor rigor la realidad del mercado laboral de República Dominicana?
Aunque el Banco Central (BC) publique como oficial la tasa de desocupación abierta, es la desocupación ampliada la que ofrece una medida más fiel a la realidad laboral dominicana.
Las dos medidas se diferencian en que la tasa de desocupación ampliada, además de incluir a los desocupados (los que buscaron trabajo en las últimas cuatro semanas) incluye aquellas personas que, aunque no estuvieran buscando activamente trabajo, se encuentran sin el mismo, pero habrían aceptado trabajar de inmediato de habérselos ofrecido.
El gráfico #1 muestra la gran brecha, de aproximadamente 8 puntos porcentuales, que existe entre ambas tasas y, que a su vez, la tasa de desocupación ampliada es más que el doble de la tasa de desocupación abierta, debido a que incluye a estas personas desalentadas.
La desocupación oculta representa a aquellas personas que dejan de buscar trabajo porque sienten que el mercado laboral no les ofrece oportunidades, pero están disponibles para aceptar un puesto de trabajo en cualquier momento.
Como podemos ver en la gráfica #2, la desocupación ampliada está compuesta en más de un 62.2% por los llamados desocupados ocultos o desalentados, quienes son actualmente 423,589 personas.
El mercado laboral dominicano es poco atractivo ya que refleja bajas tasas de participación. La tasa global de participación (TGP) no es más que la cantidad de personas, en edad de trabajar, que están en el mercado laboral. Estas están representadas por la población económicamente activa (PEA) que está formada por los ocupados y los desocupados.
En la gráfica #3 se puede observar que, en promedio, solo un 55.9% de la población en edad de trabajar está empleada o buscando empleo. También se muestra como estos indicadores han aumentado durante los últimos 16 años, la TGP se incrementó en 3 puntos porcentuales y la PEA en un 37.4%.
Otro factor a tener en consideración es la informalidad del empleo en una economía. La informalidad representa la proporción de personas que están empleadas, pero no están reguladas bajo las normativas laborales.
El cambio de la metodología del Banco Central, que ahora toma en cuenta la organización jurídica de la unidad de producción, si posee contabilidad organizada, acceso a la seguridad social y la existencia de contratos verbal o escrito, muestra que la medida de la informalidad ha aumentado con relación a la antigua medida del BC.
Midiendo la informalidad por los trabajadores afiliados al Seguro de Riesgos Laborales, todavía sigue siendo alta la proporción de trabajadores informales. Para el 2016, cerca de 6 de cada 10 trabajadores dominicanos eran informales.
Luego de analizar las variables más importantes del mercado laboral dominicano, concluimos que:
- La participación en el mercado laboral es relativamente baja, por lo que todavía existe espacio para que más ciudadanos se integren al mercado laboral;
- La tasa de desempleo ampliada, no la abierta, brinda una mejor perspectiva de la problemática del desempleo debido a que incorpora el segmento de trabajadores desalentados que dejaron de buscar empleo por falta de oportunidades;
- La mayoría de los desempleados son personas que dejaron de buscar empleo por falta de oportunidades, representando el 62.2% de los desocupados o personas sin empleo; y,
- El empleo informal sigue representando la mayor proporción del empleo total en la República Dominicana, donde aproximadamente 6 de cada 10 empleados laboran de manera informal.
Por tanto, las políticas públicas deben orientarse en el futuro para enfrentar las problemáticas del desempleo, desaliento, baja participación laboral, e informalidad en la economía dominicana. La mejor política social de un gobierno es la creación de condiciones para la generación de empleos formales en procesos productivos que agreguen valor.
En este sentido, las políticas públicas deben dirigirse a generar un ambiente propicio para el ahorro, la inversión y la producción. República Dominicana debe encaminarse a aplicar un conjunto de reformas en distintos ámbitos para crear esas condiciones incluyendo una reforma profunda al Código Laboral.