Entre el triunfalismo del sector y el reconocimiento de una amenaza global, los banqueros de México concluyeron este viernes su 80 reunión anual con un mensaje claro: El país, cada vez más preparado, cuenta con ellos para protegerse de los peligros de Donald Trump y el populismo.
“México es capaz de brincar (saltar) cualquier muro”, aseveró, rotundo, el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Marcos Martínez.
Al asumir el cargo en la clausura de esta convención celebrada en el balneario de Acapulco, el también presidente del Consejo de Administración del español Santander en México reconoció tiempos “inciertos”
No obstante, recordó que México es “diverso, joven” y está más preparado que antes para atenuar los impactos macroeconómicos, como la caída de los precios del petróleo o el advenimiento de “transformaciones políticas y sociales en Estados Unidos o Reino Unido”.
“La incertidumbre se expande por el mundo y amenaza con debilitar todo lo construido en la segunda mitad del siglo XX, y pese a esto la economía mexicana resiste”, apuntó.
El producto interno bruto (PIB) creció un 2.3% en 2016, y las estimaciones para este año no son nada favorecedoras, pues la mayoría de analistas coinciden en que lo hará en torno al 1.5%, mientras que la inflación se disparará por arriba del 5%.
Es por ello que, en esta convención, por momentos los banqueros sonaron algo autocomplacientes.
“La banca pasa por el mejor ciclo de su historia. No es un tema menor y nos da mucho gusto poderlo sostener”, dijo Luis Robles Miaja, quien ostentó la presidencia de la ABM desde el 2014 hasta la este viernes.
El optimismo bancario se justifica cuando el país está en “su mejor nivel crediticio”, llegando a representar el 34.2% del PIB, adujo, y tras inversiones multimillonarias de entidades como el español BBVA, que anunció 1,500 millones de dólares de inversión en el próximo lustro en la nación latinoamericana.
En contraste con este aparente exceso de confianza, Martínez reconoció “pendientes” para “superar y construir” una sociedad mexicana más próspera.
Y no todo son victorias para el sector cuando el 24 % de los municipios no cuentan con infraestructura bancaria.
Por ello, Martínez aseguró que buscarán consolidar la inversión y el crédito, el control de lavado de dinero, la renovación tecnológica y, en definitiva, “la apuesta” por el país.
La banca espera también incidir en las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), uno de los mayores quebraderos de cabeza de la nación luego de que el jefe de la Casa Blanca instara a reformarlo al considerar que perjudica su país en beneficio de México.
“Estaremos muy atentos al curso que tomen las negociaciones del TLCAN e incorporaremos como parte de nuestra agenda una participación decidida en la negociación”, apuntó el presidente de la ABM.
Bajo el título “El dilema global: liberalismo vs. populismo”, los banqueros mexicanos y figuras como el presidente Enrique Peña Nieto o el ex secretario de Estado de EE.UU. Colin Powell han alertado estos tres días de los peligros que supone el populismo para la democracia actual.
No han faltado frases para el recuerdo, desde Peña Nieto y la falta de “soluciones mágicas” para mejorar el país al gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y las instituciones fuertes como “antídoto” del populismo.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, también advirtió de “sobresaltos” en un diálogo “inédito” con EE.UU. al que México no va a entrar “con miedo”.
No obstante, las palabras más recordadas sean probablemente las ofrecidas este viernes por Colin Powell, en un emotivo discurso a prueba de muros.
“No dejen que nadie los pisotee”, pues son un “país soberano” y deben rechazar el pago del muro, resaltó Powell, secretario del 2001 al 2005, durante la Presidencia del republicano George W. Bush.
“Los mexicanos se han utilizado como una buena excusa, como la fuente de delincuentes y violadores, pero nosotros tenemos a los propios, no necesitamos a los mexicanos, no es justo hacerlo con el vecino”, afirmó.
El militar y diplomático recordó sus orígenes jamaicanos y defendió la “contribución” de la migración a Estados Unidos.
“¿Cómo probar que los migrantes son importantes? Diles que se queden en casa, y a ver quién va a cocinar, a limpiar cuartos. El país cerraría si los migrantes no estuvieran ahí”, agregó entre aplausos.
Videgaray, afirmó que la negociación con Estados Unidos en torno al TLCAN se hará “sin miedo”, y recordó que el acuerdo debe ser modernizado para incluir nuevos sectores.
“En la actual negociación tenemos que tener mucha confianza en nosotros mismos. No vamos a entrar en la negociación con miedo”, remarcó el secretario de Relaciones Exteriores, en una conferencia en el marco de la 80 reunión anual de la Asociación de Bancos de México (ABM).
Ante cientos de banqueros, el canciller resaltó la fortaleza de su país ante las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994 y que el presidente de EE.UU., Donald Trump, exige remodelar al considerar que perjudica la industria, comercio y empleo de su nación.
“La agenda no la puede determinar solo la contraparte”, destacó Videgaray, que afirmó que México ha de llegar a la mesa de negociación -que espera arranque entre junio y julio- con los objetivos, principios y límites claros.
En un contexto de “incertidumbre” económica y financiera y con la ciudadanía mexicana ofendida por los agravios de EE.UU., dijo, México ha de “buscar la vía para resolver los problemas”.
Apostó, como ha dicho en otras ocasiones, por la diversificación de mercados, desde la región Asia-Pacífico a Europa, pues esta integración mundial debe dar también herramientas para la negociación con EE.UU., donde actualmente van el 81.2% de las exportaciones mexicanas.
Así, Videgaray optó por una “negociación constructiva”, que incluya Canadá -el tercer socio del TLCAN- y que lleve al “ganar-ganar”, y para tal fin México ha de tener “ideas frescas”.
En este contexto, el país no dejará de lado cualquier acción que pueda vulnerar los derechos del país o de los connacionales residentes en Estados Unidos.
“Si se presentan violaciones que ameriten que México acuda a instancias internacionales, no habremos de titubear”, remarcó.
De esta manera, apostó por la coordinación de políticas migratorias y por mantener el envío de remesas.
Videgaray valoró positivamente las conversaciones con Estados Unidos al cumplirse 60 días de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y celebró que estas sean “integrales”, aunque reconoció que habrá “sobresaltos” futuros ante una estrategia negociadora “inédita”.
Centró buena parte de su discurso en el TLCAN, y señaló que México debe atender con una actitud “reactiva”.
Dijo que la negociación ha de hacerse “bien”, si puede ser de manera “rápida” y sin ser “rehenes del calendario electoral”, pues el año que viene se celebran en México comicios presidenciales.
“El tratado tiene más de 20 años y ha significado enormes beneficios para todos, pero siempre puede modificarse, siempre y cuando siga siendo un tratado de libre comercio”, apuntaló.
Instó así a incluir nuevos sectores, como el comercio electrónico, en línea con los tres representantes de Comercio que participaron en la configuración del TLCAN y que este viernes debatieron sobre el acuerdo en esta convención bancaria.
“El TLCAN necesita una modernización. Todas las casas deben ser pintadas cada 20 años”, dijo Carla Hills, representante de Comercio del 1989 al 1993, en la Administración de George Bush padre.
Hills, que consideró que el nuevo acuerdo debe contemplar temas como las reglas de origen o el medio ambiente, recordó que hay cinco millones de empleos vinculados al TLCAN.
Jaime Serra Puche, secretario mexicano de Comercio y Fomento Industrial en la Presidencia de Carlos Salinas de Gortari, habló de la urgencia de una mayor integración regional y de añadir la “f de fair” (justo) al tratado, en aras de mejorar el ecosistema y la competitividad entre naciones.
Michael Wilson, exsecretario de Comercio de Canadá, apuntó que el acuerdo comercial debe “evolucionar” en aspectos como los productos agrícolas, la aclaración de controversias, el almacenamiento de información, la alineación en políticas y un mayor intercambio en materia energética.
La banca de México celebra desde este miércoles en Acapulco y hasta el viernes su 80 convención anual, que lleva por nombre “El dilema global: liberalismo vs. populismo”.