[dropcap]Y[/dropcap]a tenemos la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial. No sé si aplaudir o sufrir más de lo que lo hacemos cada día en las caóticas calles dominicanas.
Ahora nos toca saltar el otro gran obstáculo: lograr que el reglamento de aplicación no se quede entrampado como ha sucedido con otras normativas.
No sé si escuche lo alto que lo digo (lo escribo), pero “esto es alarmante”. Está sobredemostrado que tenemos un problema mayúsculo de educación, que no existe un régimen de consecuencia y que la autoridad no se ejerce. En síntesis: “Andamos como chivos sin ley”.
Y verdaderamente es alarmante. Entre 2014 y 2015 hubo 2,164 muertes por accidentes de tránsito ¿Cuántos fallecieron relacionados con una motocicleta? No se asuste: 85%, o sea, 1,839. Estas cifras nos colocan en un segundo lugar en el mundo.
El costo económico para el Estado es doble, pues hay que destinar presupuesto a través del sistema de salud y son dominicanos que dejan de producir. A esto se suman las consecuencias que tiene para las familias.
Pero hay otro dato que resulta alarmante: 99.8% de los fallecidos motoristas son hombres. Con estas cifras, que alarman al más tranquilo de los mortales, es que se sustenta la famosa palabra popular “muertoritas”. Y lo peor, dentro de la desgracia, los que pierden la vida son jóvenes de entre 17 y 37 años.
Soy de los que dice que una ley, por más bien concebida y mejor intencionada que esté, jamás podría ser efectiva si quienes están en la obligación de aplicarla y de cumplirla no ejercitan la conciencia. Me declaro pesimista.
Sólo los resultados a largo plazo me harán cambiar mi actitud. La Ley 63-17, que creemos nació con la mejor de las intenciones, necesitará de la voluntad del Estado (no quiero personalizarlo), pues de leyes estamos hartos.
El incumplimiento e inaplicabilidad de las leyes se han vuelto costumbres. Sólo se escuchan los bla-bla-bla de los teóricos y, coyunturalmente, los operativos y campañas para crear conciencia. Al final es un problema de educación.