[dropcap]N[/dropcap]uestra economía está creciendo. Esta es una verdad irrefutable. Las condiciones de una parte de la población, por cierto muy limitada, han mejorado.
República Dominicana muestra mejores infraestructuras de comunicaciones. Ahí están las autopistas, carreteras, puentes, elevados, túneles, torres de apartamentos y comerciales, hoteles y mejor servicio en tecnologías de la información y la comunicación.
Sin embargo, este crecimiento no es gratis. Quizá sea más caro de lo que pensamos. Lo justo es que crezcamos sobre la base de la generación interna de bienestar. Los sectores productivos relacionados con la industria, agricultura y tecnología deben ser prioritarios en una economía.
Resulta contraproducente que exhibamos un crecimiento “envidiable” en América Latina, por encima del 6% anual, y que no seamos capaces de reducir nuestro endeudamiento y, tampoco, podamos generar empleos de calidad.
Si el mercado laboral no se desarrolla con puestos de trabajos productivos, que no creo que haya sido la práctica en los últimos años, el país no disfrutará de un sistema económico equitativo.
Los datos no mienten. Al 31 de diciembre de 2016, el saldo de la deuda del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$26,757.3 millones, o sea, el 37.4% del producto interno bruto. Aquí no se toma en cuenta el Banco Central. Los valores en circulación están en RD$452,845.7 millones.
El saldo de deuda del SPNF está compuesto en 65.03% por deuda externa, que presentó un saldo insoluto de US$17,399.3 millones. El 34.97% restante es deuda interna, que totalizó RD$436,195.02 millones, equivalente a US$9,358.0 millones, a la tasa de cambio de US$46.61.
Estos montos representan el 24.3% y el 13.1% del PIB estimado, respectivamente. Del total de la deuda interna, US$2,839.7 millones es deuda intragubernamental.
Quizá no hay que apretar el botón del pánico, pero sí el que advierte de que si esto sigue como va llegará el momento en que no sólo no sabremos cómo pagar, sino que nos cobrarán con creces.