Este viernes parecía que el Dow Jones iba a tocar por fin los 20,000 puntos, pero al final se quedó a un paso de la gloria, exactamente a 37 centésimas.
Los analistas lo ven así: pudo ser cosa de mala suerte o porque los operadores eran completamente ajenos a la atención que los medios de comunicación prestaban a ese dato.
Pero lo cierto es que el Dow Jones de Industriales cerró con un alza del 0.32%, en 19,963.80 puntos.
Durante la jornada llegó a tener 19,999.63 puntos, pero las dudas que hubo dos horas antes del cierre y un pequeño derrumbe postrero impidieron que el Dow Jones tocara la gloria.
Además, quedó peor porque sus otros dos “hermanos”, el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, alcanzaron nuevos récords.
El Dow Jones, en cambio, se quedó a 11 puntos de la marca histórica que arrastra desde el 20 de diciembre pasado.
Este viernes influyó en este impulso el dato de que en diciembre pasado se crearon 156,000 nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos y la tasa de desempleo quedó en el 4.7%.
Pero además, el mercado recibió con buen ánimo el hecho de que aumentó en 10 centavos el promedio de salario por hora, hasta 26 dólares, con una ganancia acumulada en el año del 2.9%.
Son buenos datos que se recibieron con optimismo, lo que opacó el sentimiento que se venía acumulando en los últimos días sobre el nerviosismo acerca de los planes que tenga el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que asume el poder el 20 de enero.
Teniendo en cuenta que no hay razones de peso que impidan este buen ánimo en Wall Street, todo indica que los famosos 20,000 puntos pueden llegar el lunes.
De momento, ya es motivo suficiente de satisfacción el hecho de que el S&P 500 y el Nasdaq hayan cerrado la semana con nuevas marcas históricas.