[dropcap]L[/dropcap]as inundaciones provocadas por las lluvias de los últimos días, con un saldo fatal de al menos seis personas ahogadas hasta la semana pasada y con pérdidas cuantiosas en la costa Norte y todo el Cibao, reflejan -más allá de las razones climáticas- la falta de previsión del Estado dominicano, el cual viene permitiendo durante décadas asentamientos humanos en zonas vulnerables. La dictadura (tocamos madera) no lo permitía.
Los desbordamientos de ríos y arroyos también reflejan los efectos de la destrucción de nuestros bosques para dar paso a suelos erosionados que se vuelven incapaces de retener las lluvias y regular el desplazamiento de las aguas hacia las zonas bajas.
Todavía se desconoce el daño total de los aguaceros. Pero el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, adelantaba que más de 40 días de lluvias estaban provocando pérdidas económicas por más de RD$20,000 millones, debido al impacto en la agricultura y en infraestructuras viales.
El funcionario planteó que sólo en el caso de Obras Públicas los gastos se incrementaron entre 90 y 100 millones de pesos en las últimas tres semanas.
El Ministerio de Agricultura analiza los daños de las lluvias. Mientras tanto, las nubes están hablando a las autoridades y a todos los dominicanos. Nos piden que tengamos más previsión con los asentamientos humanos en zonas vulnerables y, sobre todo, que establezcamos con urgencia una relación más armoniosa con el medio ambiente.