[dropcap]A[/dropcap]ntes de que la sociedad utilizara el dinero como lo que hoy es, pasó por un lento proceso evolutivo en el que primero se valió de cualquier tipo de mercancía para hacer trueque. Con el tiempo los intercambios de productos no eran valorables hasta que las diferentes civilizaciones empezaron a utilizar los metales asignándoles un valor de cambio.
Fue el rey Gites de Lidia quien dio inicio a la utilización de las monedas cuando ordenó acuñar rodajas de oro en el siglo VI antes de Cristo. Así se le dio valor al dinero que en aquel entonces era utilizado para intercambiar todo tipo de mercadería. A pesar de ese avance, las monedas eran de formas irregulares. No tenían tamaños definidos, unas eran triangulares y otras rectangulares.
Aunque no se conoce fecha precisa de cuándo surgieron las monedas, el hombre se convirtió en su coleccionista porque guardaban cierta belleza, rareza o constituían una obra de arte. Es a partir de este hecho que surge la numismática, conocida como una ciencia auxiliar de la historia.
El director del Museo Numismático y Filatélico del Banco Central, José Alcántara Almánzar, define esta milenaria actividad como el estudio y colección de todo tipo de monedas, billetes y medallas.
Según Alcántara, las primeras monedas en el Nuevo Mundo fueron traídas desde España a la isla de La Hispaniola, conocidas como “maravedís” y se utilizaban en las actividades comerciales que trajo consigo el Descubrimiento. “En la época colonial ocurrieron muchos naufragios de navíos que venían, además de España, de México, Colombia y Perú”, indica el director.
La historia, contada cronológicamente en las paredes del museo, relata que a raíz de esto España rescató gran parte de los cargamentos que se hundieron en el mar, y aunque muchas monedas se perdieron, las que se recuperaron fueron rodando con el paso de los años hasta llegar a manos de diversos coleccionistas.
El director del Museo Numismático explica que antes de la Independencia circulaban monedas españolas, francesas y haitianas, pero la primera en la historia dominicana fue la que se utilizó entre 1844 y 1848, llamada “cuarto” o “cuartillo” (1/4), acuñadas en cobre. Luego surgieron las “motas” de 1888 de un centavo y cuarto y de dos centavos y medio.
Además de este instrumento de pago, surgieron los billetes, que de acuerdo a Fray Cipriano de Utrera, en su libro “La moneda provincial de la Española”, eran fabricados en una imprenta local, con papel corriente y manuscritos, lo que facilitaba grandemente su falsificación.
El libro cita que en aquel entonces, el gobierno del presidente de Buenaventura Báez carecía de un sistema monetario para regular la circulación de billetes y monedas, tanto extranjeros como nacionales. Años más tarde, cuando el Banco Nacional de Santo Domingo abrió sus puertas en 1889, se emitieron los primeros billetes con denominaciones de dos, cinco, veinticinco y cien pesos. Posteriormente surgió una segunda emisión de uno, dos y cinco pesos, a los que el pueblo los llamó “Papeletas de Lilís” en 1898.
Antes y después de la Independencia, el dinero estadounidense circulaba oficialmente hasta la creación del Banco Central en 1947, entidad que ordenó la economía al promulgar la Ley Monetaria 1528, que establece el “Peso Oro” como la unidad monetaria del país. Esto, en cierto modo, estabilizó la actividad de colección, pues a partir de su surgimiento se podía determinar alusivamente las épocas de las monedas y billetes para beneficio de los coleccionistas.
Nueva etapa en el coleccionismo de monedas
José Manuel Henríquez, presidente de la Asociación Numismática Dominicana (AND), explicó a elDinero que aún antes de la Independencia el coleccionismo siempre ha tenido peso, ya que había registros de las monedas y billetes que circulaban en ese tiempo.
“El que colecciona no solo guarda un pedazo de la historia, sino que también estudia y aporta porque la mayoría de esas piezas esconden información relevante sobre nuestras culturas y las de otros países”, indica.
Henríquez, quien también colecciona otro tipo de cosas, destaca que no todas las monedas y billetes son coleccionables por la gran diversificación que han tenido y que el que se dedica a esta actividad siempre elige una temática o línea de tiempo para conseguirlas.
“El coleccionista es una persona apasionada que constantemente anda buscando lo que mucha gente cree que ya no existe, en especial las monedas coloniales reales que son puras y más valiosas por su rareza y escasez. También se toma en cuenta la condición, porque en muchos casos, la gente las limpia y estas pierden valor”, señala el presidente de la AND.
Uno de los coleccionistas más destacados de este país es Issac Rudman, quien tiene más de 40 años preservando pedazos de la historia numismática.
Dice que la moneda más costosa que pasó por la isla fue la de los “10 Reales” en la época colonial, la cual está valorada en aproximadamente RD$20 millones y hasta la fecha nadie ha anunciado su obtención, a pesar de que hay registros de que existió y muchos la consideran el Santo Grial de la numismática dominicana.
“Otra moneda que representa un ícono en la numismática es el Peso del 39 o Peso Proof (de prueba) por circular en el año 1839 y esta puede tener un valor de US$20,000”, agrega Rudman. Este coleccionista también es conocido por ser el único en el país en tener un billete de RD$1,000 de la época de Trujillo.
Cabe destacar que para esa época, los billetes tenían de imagen la cara de Rafael Leónidas Trujillo y luego de su muerte, el pueblo dominicano destruyó su memoria sacando de sus pertenencias todo aquello que simbolizaba el régimen más doloroso de la historia dominicana.
Miguel Estrella, escritor, experto en numismática y fabricación de monedas, explica que coleccionar monedas y billetes no es una tarea fácil, ya que en muchos casos, los coleccionistas deben hasta viajar para conseguir una pieza, pero el internet ha facilitado las compras y ventas a través de portales y blogs donde las personas hacen subastas a nivel mundial, constituyéndose en una dura pelea por las pujas en las subastas.
“Las monedas y billetes se obtienen a través de particulares, bancos centrales, establecimientos y anuncios de ventas sobre mercancías recuperadas en naufragios”, indica Estrella.
A veces, relata Estrella, las personas no tienen ni idea de lo que pasa por sus manos, no conocen el valor de una moneda y las botan o las guardan sin cuidado porque no les interesan.
“A mí me pasó que tardé años buscando un billete especial para mi colección, lo busqué en casi todo el país, hasta que un día me invitaron a una casa y en el baño, que en aquel entonces era una letrina, las paredes estaban estampadas de ese billete”, dijo entre risas.
Falsificación de monedas
Coleccionar también implica gastar grandes sumas de dinero, en especial cuando se compran piezas nunca antes vistas ni en fotos, las cuales suelen ser falsificadas o se fabrican copias para rellenar las colecciones. Esto representa sin lugar a dudas una de las principales desventajas de las compras de estos artículos por internet.
Museo Numismático y Filatélico del Banco Central
El Museo Numismático y Filatélico del Banco Central fue creado mediante Resolución de la Junta Monetaria en 1978 e inaugurado en 1985. La primera sala muestra la evolución de la moneda, desde el trueque, atravesando la etapa de la mercancía-moneda, billetes y medallas, hasta los diferentes medios modernos de pago que se utilizan hoy en día como la tarjeta de crédito o dinero electrónico.
Sus creadores fueron Octavio Amaima Castro, Manuel Bello Cabral, Isaac Rudman y Miguel Estrella Gómez. También cuenta con un museo filatélico para exhibir sellos, sobres y documentos postales. La tercera sala es de exhibición y la entrada al mismo es abierta a todo el público gratuitamente.
Asociación Numismática Dominicana
Fundada el 5 de febrero de 1969, la Asociación Numismática Dominicana de (AND) fue creada con el propósito de reunir a los coleccionistas más apasionados del país. El objetivo es el de promover la historia de la moneda dominicana y su evolución.
La entidad también procura su recuperación a través de subastas. La Asociación ha participado en el Congreso Centroamericano de Numismática de Panamá.