[dropcap]E[/dropcap]l Gobierno está “todas las veces del mundo convencido” de que necesita dinero, ¡y mucho! El Presupuesto del año próximo se estimó en poco más de RD$711,000 millones, lo que supone un incremento absoluto de, al menos, RD$47,000 millones. Esto es en número redondos.
Una reforma fiscal (o parche), de esas que cumplen con el procedimiento de pasar por el Congreso, resulta imposible en estos momentos. ¿Por qué? Porque la población, y muy especialmente el empresariado, se puso a una respecto a lo insoportable que sería agregar más cargas impositivas al tan vapuleado sector productivo dominicano. Y podría decirse que nadie, absolutamente nadie, está en ánimo de, siquiera, escuchar la palabra reforma y menos si es fiscal.
No sabemos si este es un gobierno nuevo que parece viejo o un gobierno viejo que constitucionalmente es nuevo. Lo cierto es que, sea como sea, no disfruta de los 100 días de “luna de miel” que generalmente se le otorga a una nueva administración, que, históricamente, ha sido aprovechada para adoptar medidas desagradables que pasan “suavemente” por las gargantas de los contribuyentes sin que haya quejas.
Hay que buscar dinero. Y buscarlo a como dé lugar sin mencionar la palabra reforma. ¿Pero cómo lograrlo? Todo indica que la llegada de Magín Díaz a Impuestos Internos es parte del plan. Y es bueno que así sea. Es correcto apretar el cinto a quienes aprovechan cualquier hueco para evadir y eludir sus responsabilidades con el fisco. El presidente de la AIRD, Campos de Moya, dijo recientemente que está de acuerdo con cerrar a quienes no paguen los tributos. Por el lado de la eficiencia recaudatoria parece que todo marcha bien.
Pero el Gobierno ha actuado rápido respecto a cómo buscar el dinero extra. Quizá la intención es que efecto negativo de las medidas desaparezca antes de que se inicie el próximo año. No bien se inauguró el período 2016-2020 se dispuso un aumento de 100% en las diferentes escalas de los peajes. Hubo un “pataleo”, pero ya pasó.
La otra medida fue subir el costo del marbete de RD$1,200 a RD$1,300 y de RD$2,200 a RD$3,000, lo que también constituye otra medida de corte tributario (recaudatorio) sin necesidad de implementar una reforma fiscal y todo lo conlleva en materia de percepción de la población. Se ha generado un malestar, pero la población sabe que pasará pronto.
Si se pasa balance a lo que ha sucedido en términos de decisiones económicas en estos dos primeros meses de la segunda gestión de Danilo Medina, entones es atinado preguntarse para qué se necesita una reforma fiscal.