[dropcap]S[/dropcap]in duda, ser director de Impuestos Internos (DGII) es una de las funciones públicas más importantes que tiene el Estado dominicano. Bajó su responsabilidad recae alrededor del 74% de los ingresos totales, por lo que sin altos niveles de eficiencia en su administración sería imposible alcanzar la mayoría de las metas de desarrollo planteadas por los gobiernos.
Sólo para tener una idea, la recaudación de enero-agosto 2016 ascendieron a RD$235,711.4 millones, un crecimiento de 7.3% y un cumplimiento de 96% con relación a lo estimado. En este mismo período, pero de 2015, los ingresos extraordinarios totalizan RD$2,890.3 millones, de los cuales RD$499 millones fueron por acuerdos de pago por Amnistía (Ley 309-11), RD$1,822.8 millones producto de ganancias de capital y RD$568.5 millones por pago de deuda administrativa.
En los primeros ocho meses de 2016, los ingresos extraordinarios totalizan RD$4,291.8 millones: RD$2,764.8 millones corresponden al efecto marginal de la Reforma Fiscal (Ley 253-12), RD$74.6 millones por a acuerdos de pago por Amnistía (Ley 309-11) y RD$1,452.4 millones por fiscalizaciones. A esto se le puede llamar un balance positivo.
La semana pasada, el director de Impuestos Internos, Magín Díaz, visitó la sede de la Asociación de Industrias. Fue recibido como se lo merece: por todo lo alto. Los líderes del sector lo invitaron a sentirse como en casa, aunque con esa invitación también le expresaron que como funcionario está llamado a defenderla.
Y los industriales tienen razón, pues es un sector a través del cual se paga el 34% de todos los impuestos que cobra DGII. Campos de Moya, como presidente de la AIRD, también le señaló que es uno de los sectores que no sólo tiene que enfrentar circunstancias internas adversas, sino que también está obligado a competir siendo una de las economías más abiertas del mundo.
“Esta imagen me permite decirle que no nos mire desde fuera. Entre. Vea nuestras potencialidades, pero también las amenazas que merodean alrededor de la industria y en algunas de las cuales la Dirección General de Impuestos Internos está llamada a ser un ente que contenga dichas amenazas”, sostuvo el dirigente empresarial.
Es necesario, quizá urgente, que el fisco y los industriales, vitales para alcanzar las metas de desarrollo del país, se enfoquen en incrementar la productividad y la competitividad, a fin de enfrentar las diversas circunstancias que impiden alcanzar esos objetivos con éxito.
Cada año el Estado demanda de una mayor cantidad de recursos para cubrir el presupuesto. Una reforma o pacto fiscal no tendría sentido si las autoridades y empresarios no asumen el compromiso de frenar la evasión. Ahora es una invaluable oportunidad para hacerlo, pues hay disposición desde todos los litorales.
La evasión, como plantearon los industriales al director de la DGII, viene desde diferentes litorales y es peor cuando se articula con males como el contrabando, la elusión, falsificación, informalidad y ciertos privilegios en el comercio de bienes.
Es necesario crear conciencia de que la evasión que no sólo golpea a los sectores formales de la economía, sino que también golpea las recaudaciones del Gobierno reduciendo su capacidad de inversión y provocando una sobrecarga a los sectores que cumplen la ley y que pagan sus impuestos.