[dropcap]U[/dropcap]na cosa es con violín, otra cosa es con guitarra. Una cosa es como me gusta o deseo, y la otra, aunque esté totalmente alejada de nuestras aspiraciones, como es. En los últimos tres o cuatro meses se han presentado algunas “situaciones coyunturales” con el dólar, las cuales han provocado o generado quejas de importantes sectores de la economía por la escasez de la divisa estadounidense.
Estoy todas las veces del mundo seguro que además de las quejas de quienes andan detrás del dólar “y no lo encuentran”, esta “situación coyuntural” también ha generado algunos dolores de cabeza (preocupaciones) en las autoridades del Banco Central, cuya misión es mantener a raya la inflación a través de medidas de política monetaria. Todos sabemos qué sucede en la economía cuando hay devaluación.
Para nadie es un secreto que la alta ponderación del dólar como tipo de cambio en la economía local, pues nuestro principal socio comercial es Estados Unidos y es una moneda que se utiliza prácticamente en todas nuestras transacciones de comercio internacional, representa un altísimo riesgo para la estabilidad macroeconómica.
Considero que con reservas internacionales netas (RIN) por más de US$5,333 millones no hay por qué preocuparse. Ahora bien, si continúa esta ola de “situaciones coyunturales” sí podría llegar el momento en que la falta de credibilidad afecte más que la realidad en sí misma. La confianza, por más vueltas que le queramos dar, es el principal activo que puede tener una economía, que en el caso de República Dominicana tiene una altísima dependencia de sectores externos como el turismo, remesas e inversión extranjera.
Ahora, a raíz de las diversas “situaciones coyunturales” que se han presentado en los últimos meses, no se sabe quién tiene razón, si las autoridades, que insisten en que no hay razones económicas para un subida, o los empresarios que alegan que no hay dólares suficientes para cumplir con los compromisos asumidos con suplidores internacionales.
Lo que sí sabemos, y aquí hay que incluir a los que saben y no saben del tema, es que el tipo de cambio juega un papel fundamental no sólo en la economía real, sino también en la “percepción real”. La estabilidad no sólo conviene al Estado, también es un activo que debe ser cuidado por aquellos que quieren colocar la tasa de cambio en una cancha de fútbol, o sea, patearla de aquí para allá y de allá para acá.