La Organización Internacional del Trabajo (OIT) puso las políticas industriales de fomento del desarrollo productivo y de los clústeres en el País Vasco (España) como un modelo a seguir por las economías de Latinoamérica para diversificar su producción y no depender de las exportaciones de materias primas.
Un estudio difundido este viernes en Lima por la oficina de la OIT para América Latina y el Caribe titulado “Políticas de clústeres y de desarrollo productivo en la Comunidad Autónoma del País Vasco”, destacó que la “exitosa experiencia” de Euskadi ofrece importantes respuestas y lecciones para la región latinoamericana.
El informe está elaborado por el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar, y por el catedrático y director de la fundación Comisión Asesora en Alta tecnología (CAATEC) de Costa Rica, Ricardo Monge.
En el documento se destacó que la desaceleración en países de América Latina pone de manifiesto que la región no puede apostar indefinidamente al alza coyuntural en los precios de materias primas.
Aconsejó “enfrentar de manera decidida retos de diversificación productiva, el incremento de productividad y la reducción de la informalidad, así como retos sociales de desigualdad, exclusión, pobreza y derechos laborales y ciudadanos”.
“La experiencia exitosa de la comunidad autónoma del País Vasco con políticas de desarrollo productivo y de clústeres ofrece importantes respuestas y lecciones para la región”, agregó Salazar en el prefacio de la publicación.
El informe se centra en la temprana aplicación en el País Vasco de un enfoque de clústeres, entendidos como un grupo de empresas interconectadas y de instituciones asociadas, geográficamente próximas dentro de un mismo sector productivo, y ligadas por actividades e intereses comunes y complementarios.
“La experiencia del País Vasco muestra que es posible diseñar e implementar políticas de desarrollo productivo y clústeres que aceleren los procesos de aprendizaje, innovación y transferencia de tecnologías”, precisó Salazar.
El director regional de la OIT añadió que la consecuencia de esas medidas es un sostenido crecimiento de la productividad, cuya clave está en establecer eficientes esquemas de coordinación pública-pública y pública-privada y con otros actores.
El estudio forma parte de las actividades desarrolladas en el marco de la prioridad 1 del trabajo de la oficina regional de la OIT sobre “políticas de desarrollo productivo para un crecimiento inclusivo con más y mejores empleos”.
Está vinculado además al objetivo 8 de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, que busca “promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos”.