La cumbre de líderes del G20 constató este lunes el agotamiento de los estímulos monetarios y empezó a configurar la que debe ser su nueva etapa como principal foro de coordinación económica internacional, orientada hacia las políticas a largo plazo.
Hangzhou fue escenario a lo largo de los últimos tres días de una intensa actividad, tanto dentro de la cumbre como en los márgenes, que terminó sin grandes novedades en el frente económico y con la ratificación por parte de EEUU y China del acuerdo sobre el cambio climático de París, el sábado, como mayor resultado tangible.
A la estela de EEUU y China, las principales economías desarrolladas y emergentes del planeta decidieron “hacer esfuerzos para una pronta entrada en vigor e implementación” del acuerdo para combatir el cambio climático alcanzado en la conferencia de París (COP21) de noviembre pasado.
El grueso de la declaración final, en todo caso, estuvo dedicado a la adopción de medidas de carácter económico, con especial énfasis en el impulso del crecimiento global, la gran prioridad del país anfitrión, China, en esta cumbre.
Los líderes del G20 llegaron a Hangzhou alertados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) de la necesidad de tomar medidas para relanzar la economía global y se van de la cumbre reconociendo que las políticas monetarias están llegando a sus límites y que hay que complementarlas con medidas fiscales y reformas estructurales.
“La experiencia enseña que el viejo acercamiento de depender únicamente de las políticas monetarias y fiscales ya no funciona. Tenemos que volver a encender el motor de crecimiento vía innovación”, afirmó el presidente chino, Xi Jinping, al presentar las conclusiones del encuentro.
La reducción de las desigualdades, la lucha contra el proteccionismo, la corrección de los excesos de capacidad de producción industrial de China o la coordinación internacional en materia tributaria fueron otras apuestas del G20.
Anexo aparte, la declaración final son nueve páginas, casi 7,200 palabras, de recetas y más recetas para curar los males de la economía mundial.
El reto para el G20 a partir de hoy es tratar de evitar que esas propuestas queden en papel mojado, como sucedió con más de la mitad de las acordadas el año pasado en Antalya, según el recuento del FMI.
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, resumió esa preocupación ante los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales al señalar que es momento de “implementar, implementar e implementar”.
La cumbre de Hangzhou sirvió, además, para iniciar una transición en las funciones del G20 hacia una nueva orientación como espacio primordial de coordinación de las políticas económicas dejando atrás su rol inicial de mecanismo de emergencia ante la crisis financiera internacional que comenzó en 2008.
“En las actuales circunstancias, el G20 ha de desarrollar mejor su rol como principal foro de coordinación económica internacional, ha de dejar de ser un mecanismo de respuesta a la crisis para ser uno de gobierno estructural, de enfatizar las políticas coyunturales a equilibrar las de corto, medio y largo plazo”, afirmó Xi.
La Presidencia china insistió en la necesidad de llevar a cabo esa transformación, cuya consolidación queda ahora en manos del Gobierno alemán, que ejercerá como anfitrión del G20 el próximo año en Hamburgo.
Contra la evasión fiscal
Los líderes del G20 acordaron “dar un paso adelante” en la lucha contra la evasión fiscal y “profundizar la cooperación tributaria internacional” que permita aumentar la recaudación e impulsar la inversión global.
El G20 resolvió centrar sus esfuerzos en los países en vías de desarrollo para así reforzar su capacidad de recaudación impositiva y darles un mayor margen fiscal para invertir más.
“Hemos decidido profundizar la cooperación tributaria internacional, dar un paso hacia delante en la lucha contra la evasión fiscal”, dijo el presidente chino, Xi Jinping, al explicar ante la prensa los resultados de la cumbre.
El G20 atendió así la petición de miembros como Alemania tras la propuesta de su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, de reabrir el debate sobre la necesidad de establecer “reglas comunes” tributarias a nivel global para “reducir el margen de maniobra para la evasión fiscal”.
Schäuble aseguró que desea “aprovechar el impulso” que ha supuesto el dictamen de la Comisión Europea (CE), que obliga a Irlanda a reclamar a Apple 13.000 millones de euros en impuestos impagados, para volver a poner en la agenda la coordinación fiscal internacional.
Apuntó que la implementación de lo que aprobó el G20 en su anterior cumbre, la de Turquía del año pasado, evitaría situaciones como la del Gobierno irlandés con la compañía tecnológica estadounidense.
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró por su parte a este respecto que la comunidad internacional está avanzando de forma positiva en la automatización del intercambio de información tributaria entre países.
FMI pide impulsar crecimiento
La directora gerente del Fondo Monetario Internaciona (FMI), Christine Lagarde, pidió a los líderes del G20 que impulsen el crecimiento económico de una forma que “beneficie a todos” para reducir las desigualdades.
“Necesitamos un mayor crecimiento, pero tiene que ser más equilibrado, más sostenible e inclusivo para que beneficie a todos”, declaró Lagarde en un comunicado emitido tras el cierre de la cumbre de líderes del G20 celebrada desde este domingo en Hangzhou.
“Nos reunimos con un panorama global caracterizado por muchos cambios económicos y tecnológicos como telón de fondo, y por un crecimiento que ha sido demasiado bajo durante demasiado tiempo y que ha beneficiado a demasiado pocos”, afirmó Lagarde.
Por ello, explicó la directora gerente del Fondo, la primera prioridad del G20 es “un esfuerzo coordinado por elevar el crecimiento”, pero la segunda es un “compromiso de que el crecimiento debe ser compartido más ampliamente”.
La desigualdad ha sido uno de los grandes problemas de la economía mundial mencionados en la declaración final de la cumbre de Hangzhou, como también las barreras del comercio internacional.
“Hacer retroceder el proteccionismo y hacer avanzar un comercio más libre y más justo es un componente vital de esta agenda de crecimiento”, afirmó la máxima responsable del FMI.
La guerra en Siria
La guerra de Siria dominó las reuniones que transcurrieron en paralelo a las sesiones oficiales, pero finalmente los jefes diplomáticos de EEUU y Rusia, John Kerry y Serguéi Lavrov, fueron incapaces de llegar a un acuerdo para un alto el fuego.
El anuncio inicial del fracaso de las negociaciones fue matizándose a medida que avanzó la jornada y ambas partes dieron margen a la esperanza al comprometerse a continuar con las discusiones en busca de ese pacto en los próximos días.
Otro de los implicados en el conflicto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, incluso se atrevió, en rueda de prensa, a poner fecha a un hipotético inicio de la tregua en la zona de Alepo: la festividad musulmana de Eid al-Adha, que arranca la próxima semana.
Erdogan afirmó también que el G20 “ha suspendido el examen” de la gestión de la crisis de refugiados que se propuso el año pasado, durante la cumbre que organizó su país en Antalya, y lamentó que “ningún país ha dado pasos completos a ese respecto”.
Los líderes reconocieron, en la declaración final publicada al final de la cumbre, que esta crisis ha llegado a niveles “históricos” con 65 millones de desplazados en todo el mundo y que es un problema mundial que requerirá “esfuerzos globales” para afrontar sus causas y consecuencias.