[dropcap]C[/dropcap]ausó muchísima sorpresa la designación de Jean Alain Rodríguez en la Procuraduría General de la República. Confieso que estoy entre aquellos que se sorprendieron.
Luego de ver a este funcionario dirigir el Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD) con tanta eficiencia, lo digo por los resultados, jamás me imaginé que iría a una posición tan controversial y que maneja tantos intereses.
El nuevo procurador, más que el reto que tiene consigo mismo, está en la obligación de superar con creces las expectativas de toda una población deseosa de ver cómo se instrumentan los expedientes. De lo que se trata es que no haya fallas, que en su rol de defensor de la ciudadanía haga un papel encomiable.
El Ministerio Público debe bregar con muchos temas: delincuencia y seguridad ciudadana; cárceles, delitos de menores, violencia intrafamiliar, una efectiva lucha contra la corrupción y, no menos importante, garantizar los derechos a los inversionistas que llegan al país con la confianza puesta en nuestro sistema de justicia.
La tarea es ardua. Estoy seguro que la misma sorpresa que generó su designación en una posición tan influyente en la paz y tranquilidad de la ciudadanía, incluyendo la seguridad jurídica del país, así mismo será cuando comience a dar muestras de que su capacidad de trabajo, probada en el CEI-RD, será la misma que implementará en la Procuraduría.
Mientras estuvo en el CEI-RD vendiendo el destino dominicano para la inversión extranjera, a pesar de enfrentar un panorama externo adverso por la lentitud en que se desempeñaron algunas de las economías más importantes, pocos supieron quién era él en realidad.
Ahora, que pasa a la Procuraduría, muchos han acudido a su hoja de vida y se han dado cuenta que su formación, en esencia, está muy enfocada hacia el derecho, que sirvió muchos años como fiscal y que es un catedrático con más de una década de experiencia. Todo indica que lo hará bien, como en el CEI-RD.