El Gobierno de Panamá anunció que el lunes se firmará un “acuerdo definitivo” sobre la hidroeléctrica de Barro Blanco, proyecto privado ya avanzado en un 95% que permanece paralizado debido a la oposición de una comunidad indígena aledaña.
Las partes celebraron esta semana “la última ronda de negociaciones que ha permitido llegar a un acuerdo para subsanar las incompatibilidades que generó el proyecto hidroeléctrico (…) que será ratificado el próximo lunes en la capital de la comarca Ngäbe Buglé, Llano Tugrí”, informó este sábado la Cancillería.
“El acuerdo que se suscribirá este lunes incorpora acuerdos en cuatro ejes: social, ambiental, cultural y económico, y en ellos se incluyen propuestas para atender y subsanar las incompatibilidades planteadas en la mesa de diálogo”, agregó la información oficial.
El Gobierno panameño suspendió las obras de Barro Blanco el año pasado y multó a la concesionaria, Generadora del Istmo S.A. (Genisa), por violaciones de la ley ambiental, al tiempo que instaló una mesa de diálogo, con el apoyo de la ONU, con las comunidades indígenas que se oponen al proyecto.
A inicios de este agosto Genisa instó al Gobierno a actuar “con celeridad y mucha prudencia” por los riesgos que podría causar la paralización de la obra en tiempos de invierno, lo que pone en peligro a las comunidades aledañas, de acuerdo con la empresa.
Genisa emprendió meses pasados con la autorización del Gobierno algunos trabajos de mantenimiento así como el llenado de prueba del embalse, que fue paralizado el 9 de junio para evitar afectar a tierras de la comarca, según informó entonces la Vicepresidencia.
La empresa ha dicho que Barro Blanco es un proyecto de energía renovable concesionado por el Estado panameño en 2007, que generará energía suficiente para iluminar 50,000 hogares.
La hidroeléctrica comenzó a construirse en 2011 y proyecta generar 28.56 megavatios, cerca del 2% de la capacidad instalada del país.