[dropcap]L[/dropcap]a mejoría de la calificación de riesgo de República Dominicana durante los últimos años le ha permitido abaratar sus costos para financiarse en los mercados de capitales por el orden de los RD$15,000 millones anuales, según el nuevo director de Impuestos Internos, Magín Díaz.
No obstante, según la firma Deloitte, el porcentaje de los ingresos destinados al pago de intereses asciende a 20% del presupuesto nacional.
Díaz destacó la importancia primordial para el país de conseguir una calificación de riesgo de “grado de inversión” de parte de Standard and Poor’s, Moody’s o Fitch, con el fin de salir de la categoría de “deuda especulativa” y continuar abaratando los costos de financiamiento que, al final, tienen que ser asumido por todos los dominicanos.
El funcionario habló en esos términos durante la conferencia “Impacto de la deuda pública en el futuro de República Dominicana”, que dictó en la ceremonia de apertura del décimo primer Congreso Internacional de Finanzas y Auditoría (CIFA) y el Seminario Latinoamericano de Contadores y Auditores (Selatca).
Según Díaz, conseguir grado de inversión tiene grandes implicaciones, no solo para el sector público, sino para el privado, que es desde donde provienen los recursos que el Estado recauda para cumplir sus compromisos.
Es por ello que las autoridades prestan cada vez mayor atención al riesgo país y se reúnen varias veces por año con las calificadoras de riesgos para obtener la retroalimentación necesaria para realizar las reformas y gestiones que vayan acorde con los requisitos de largo plazo que demandan esos organismos para otorgar el grado de inversión. “Hay que hacer reformas considerables”, enfatiza.
Los desequilibrios fiscales, como el déficit del Gobierno en 2012, ascendente a RD$153,809.2 millones y 6.6% del PIB, son de las preocupaciones principales de las agencias calificadoras del riesgo soberano. “El déficit de 2012 resta credibilidad”, dijo Díaz.
Reducir el déficit para mejorar la calificación de riesgo
Según el funcionario, el Gobierno aplicó estrategias concretas para reducir el déficit e incidir de manera positiva en la imagen que los mercados financieros tienen del país, especialmente desde finales de 2014. Ese año se logró colocar bonos soberanos a 30 años por primera vez, cuyo interés ascendía a 7.4%. Hoy ese título paga un interés cercano a 6.3%, reducción que revela que los inversionistas perciben cada vez menos riesgo de recuperar sus recursos.
Otro de los pasos dados por las autoridades en esa dirección fue la contratación de los servicios del banco de inversión estadounidense JP Morgan para que monitorease el riesgo y sirviera de asesor para la mejoría.
Por otro lado, la creación de un mercado de emisión de bonos a nivel local a través del Ministerio de Hacienda en 2010 mejoró la visión en que las calificadoras de riesgo y los inversionistas internacionales percibían el país, considerando que se estaban haciendo esfuerzos reales por ordenar la casa.
“En los últimos años ha habido una gran demanda de nuestros bonos, lo cual ha marcado un antes y un después dentro del historial financiero de República Dominicana a nivel internacional. En buena medida, el apetito de los mercados por los productos dominicanos ha ido en aumento debido a la notable reducción del crecimiento en América Latina, junto a elevadas tasas de inflación y volatilidad cambiaria. Esto ha permitido que los buenos resultados del país a nivel macro hayan resaltado considerablemente”, expresó Díaz.
Otra de las medidas que destacó Díaz como favorables para el país fue el establecimiento de la Dirección de Crédito Público para que se encargue de gestionar las emisiones y los temas relacionados con el endeudamiento estatal, lo cual ha aumentado la eficiencia en ese aspecto, logrando concretar operaciones más complejas, como la compra de la deuda de Petrocaribe, así como la compra de petróleo a futuro.
Para alcanzar ese descuento superior al 50% de la deuda con Venezuela, el país emitió bonos por US$1,933 millones.
Y es que el país necesita demostrar que los buenos indicadores no son coyunturales, sino estructurales.
“Cada vez es más difícil mejorar la calificación. Se ve fácil, pero no lo es. Al país le ha tomado 14 años volver a la calificación de riesgo de 2002”, aseguró Díaz. Las primeras mejoras de la calificación se produjeron en 2010, luego de que se desplomara en 2003 y 2004 a raíz de la crisis financiera de ese momento.
Calificación de riesgo para la deuda soberana
La calificación de riesgo para la deuda soberana dominicana no ha experimentado ningún descenso desde marzo de 2009, un indicio de que las instituciones internacionales de evaluación ven señales claras de estabilidad en el país.
Standard and Poor’s, Fitch Ratings y Moody’s confieren al país “BB- estable”, “B+ positiva” y B1 “estable”, respectivamente. consideras especulativas por su considerable riesgo, por lo cual los intereses de los títulos pueden ser elevados.
La nota “BB-” de Standard and Poor’s implica un nivel considerable de vulnerabilidad, aunque menor que otras emisiones “B” o “C”. No obstante existen incertidumbres ante la exposición a condiciones adversas de índole económica o financiera que pudieran llevar al país a incumplir con sus obligaciones de pago de intereses y capital.
Las notas “B+” y “B1” de Fitch Ratings y Moody’s implican una capacidad mínima de pago, aunque dentro de las calificaciones medias. “El riesgo es alto y quizás el país no pueda cancelar el pago de intereses y capital”.