[dropcap]E[/dropcap]l Centro Latinoamericano para la Competitividad y Desarrollo Sostenible (CLACDS) de INCAE acaba de lanzar el Índice de Progreso Social 2016 y no es una sorpresa que República Dominicana, a pesar del magnífico crecimiento económico que mostramos al mundo, aparezca en una vergonzosa posición 14 de 19 países analizados en América Latina.
Chile, Uruguay, Argentina, Panamá, Jamaica y Brasil, entre otros, les ha ido mejor en la distribución de las riquezas que producen. Y eso, que tenemos un per cápita estimado en US$11,871, según este informe.
La investigación establece que es necesario mirar más allá del producto interno bruto para poder revisar el desempeño de las naciones. El índice mide los resultados en temas económicos, ambientales y sociales.
Todo indica que República Dominicana, a pesar del bienestar mediático, volvió a sacar malas notas. Víctor Umaña, director del Centro, afirma que “no debemos perder de vista que el crecimiento económico no es suficiente. Puede haber crecimiento, pero no se satisfacen necesidades básicas, hay intolerancia, entre otros. El PIB no mide el esfuerzo de los voluntarios, la felicidad, el bienestar, y por eso necesitamos tener nuevas medidas para el siglo XXI”.
Lo que se puede interpretar a partir de estos datos es que algo no ha funcionado bien en República Dominicana en materia de bienestar o distribución de las riquezas que ciertamente hemos producido durante los últimos 20 años.
Ahora que está en la palestra la discusión de un pacto fiscal es oportuno pensar en que sea un acuerdo entre todos los sectores representativos de la sociedad, a fin de que todos, sin excepción, asuman sus cuotas de responsabilidades, sean los resultados positivos o negativos.
En el caso dominicano es factible comenzar por alcanzar una educación de calidad en todos los niveles, servicios de salud que respondan a las necesidades reales y lograr dos cosas más: seguridad ciudadana y estabilidad en el servicio de electricidad.