[dropcap]E[/dropcap]n la actualidad hay varios acontecimientos que están generando volatilidad en los mercados financieros a nivel internacional.
La inminente próxima subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, la posible salida de Inglaterra de la Eurozona, los cambios climáticos, volatilidad en los precios de los commodities, incertidumbre política, y el agregado monetario o “Quantitative Easing” del Banco Central Europeo son algunos de los factores que están causando bastante revuelo en los mercados globales.
Ningún país en el ámbito mundial puede estar totalmente exento de lo que ocurre en un contexto internacional y, por supuesto, República Dominicana no es la excepción.
El programa de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) contemplaba cuatro subidas de tipos de interés durante el transcurso del 2016. Y debido a la ralentización del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel internacional, la señora Janet Yellen (presidenta de la Fed) ha tenido que limitar a la mayor potencia del mundo a solo dos subidas de tipos de interés en 2016.
Realmente el único dato que podría sustentar una subida de interés en el corto plazo es la tasa de desempleo, que en la actualidad se sitúa en 5%. Por otro lado, los resultados trimestrales mixtos de las empresas americanas más grandes por capitalización bursátil y un crecimiento más débil de lo esperado en Estados Unidos son algunos de los hechos que contradicen una subida de los tipos de interés en el corto plazo.
En el otro lado del Atlántico, el Banco Central Europeo (BCE) está sumergido en compras masivas de bonos soberanos y corporativos. El BCE ha inyectado 720 billones de euros durante un año (a marzo 2016) para intentar reactivar la economía de la Eurozona. Esto quiere decir que el señor Mario Draghi, presidente del BCE, está implementando las mismas políticas monetarias que usó Estados Unidos al principio de la gran crisis financiera del año 2008.
El “Brexit” o posible salida de Inglaterra de la Eurozona también tiene a los inversores un poco nerviosos y está generando volatilidad en los mercados financieros a nivel internacional. China, que es el mayor comprador de materias primas del mundo, no está atravesando por su mejor momento en términos económicos y evidentemente esto repercute en los precios de los commodities.
Esto último, y el hecho de que la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) todavía no ha llegado a un acuerdo sobre la producción del crudo, son señales claras de que la economía mundial (crecimiento mundial proyectado de 2.8%-3% en 2016) todavía no va viento en popa.
República Dominicana todavía no tiene un mercado de renta variable desarrollado, por lo que la volatilidad en los mercados de acciones a nivel internacional no nos afecta de forma directa.
Con respecto al mercado de deuda a nivel internacional, podría tener un impacto en la rentabilidad de los bonos soberanos dominicanos colocados en los mercados globales de capitales (en caso de que la Reserva Federal suba sus tipos de interés). La fluctuación en los precios de las materias primas sí tiene un impacto directo en el comportamiento de la economía dominicana.
Evidentemente, a República Dominicana le conviene que el precio del petróleo continúe bajo, ya que somos un país importador neto de dicha materia prima. Por otro lado, una apreciación del valor del oro incidiría de forma positiva en nuestras exportaciones, generación de divisas y en las arcas públicas.
En fin, las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Central dominicano son que la economía local crezca en torno a un 6% en 2016, muy por encima del promedio de Latinoamérica (decrecimiento de un 0.3%).