[dropcap]E[/dropcap]n su reciente informe sobre el comportamiento de la economía medida por el producto interno bruto (PIB), el Banco Central reporta un crecimiento de 6.1% en el primer trimestre de este año, con un favorable desempeño de importantes sectores productivos y de servicios del país.
Ese informe también hace referencia al comportamiento del sector exportador dominicano, como uno de los cuatro componentes de generación de divisas del país (los otros tres son turismo, remesas e inversión extranjera, a los cuales, por cierto, les fue muy bien en el período bajo análisis).
Pero en el caso de las exportaciones, el resultado no fue nada favorable. El Banco Central reporta un crecimiento de 1.1% en las exportaciones nacionales y agrega que ese resultado positivo tiene como base la recuperación de las ventas externas de oro y cobre. Incluso, señala que el sector Minería creció un 33.8% en el período, lo cual se debe a la recuperación de sus exportaciones en una proporción parecida.
El asunto es que con un crecimiento tan alto del sector minero, las exportaciones nacionales apenas crecieron 1.1%. Hay que imaginarse, entonces, en qué proporción habrían caído las exportaciones nacionales fuera de las mineras (el Banco Central no hace el desglose en su informe preliminar de enero-marzo).
Es seguro que sin minería, las exportaciones nacionales sufrieron una caída preocupante, tanto que ese tema posiblemente estuvo entre los analizados por los directivos de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo) y las autoridades del Banco Central en la reunión que sostuvieron la semana pasada en la sede de la institución monetaria.
Pero al sector exportador no solo le fue mal en cuanto a los productos nacionales, sino que, por primera vez en varios años, las de zonas francas también sufrieron una importante contracción de -4.6%, según el Banco Central.
Para el Estado dominicano debe ser preocupante el hecho de que un sector tan determinante como el exportador de bienes esté pasando por una situación de contracción preocupante. Ese retroceso no solo debe ser analizado por el hecho de que implica el ingreso de menos divisas, sino también porque lo poco que creció se sustenta en un solo subsector (Minería) y, peor aún, en un solo producto (oro) y, mucho peor, en una sola empresa extractora (Barrick).
No es lo mismo registrar el crecimiento de un sector como el de las exportaciones con base en las ventas externas de diversas empresas y diversos productos, a que su sustento esté solo en una sola empresa y producto, pues ante cualquier fallo imprevisto, la caída es inevitable.
Lo mismo pasa con el destino de las exportaciones, que es otro de los elementos que inciden en el desplome del indicador durante el primer trimestre. Resulta que alrededor de la mitad de las exportaciones dominicanas va a Estados Unidos, mientras que otra proporción importante, aproximadamente el 15%, tiene como destino a Haití.
Dado que Haití presenta actualmente una situación político-social difícil, sus importaciones, entre las que está República Dominicana como uno de sus principales suplidores, se han desplomado considerablemente en el último año.
Por tanto, la diversificación de los productos con vocación exportable, además de la ampliación de los mercados hacia donde se pueden destinar esas ventas en el exterior, son dos retos importantes que deben enfrentar de manera conjunta tanto el Gobierno como el sector privado, en procura de fortalecer ese indicador de tanta importancia para el desarrollo económico, pues incide en la generación de divisas y posible reducción del déficit comercial y de balanza de pagos, además de que contribuye con la creación de empresas y generación de empleos, para dar como resultado una reducción de los indicadores de pobreza.
El crecimiento de las exportaciones de bienes no tiene ni un solo aspecto negativo y, por el contrario, todos sus aportes serían positivos, por lo que no debe dejarse de lado cualquier iniciativa tendente a fortalecerlas, pero con base en planes concretos y sostenibles, no coyunturales.
Lo decimos, para que no se le vaya a ocurrir a algún “genio” plantear la devaluación monetaria para darle competitividad al sector. Eso no…