[dropcap]S[/dropcap]er Presidente de la República es una tarea costosa. Cuesta mucho desde cualquier perspectiva. Antes de llegar es necesario gastar (invertir) hasta RD$1,500 millones, por lo menos de manera directa y si existen posibilidades reales de triunfo. Hay que hacer muchas cenas de recaudación para lograr un monto de este calibre.
Una vez en el poder es necesario asumir otros sacrificios: la familia y la privacidad. Un jefe de Estado, posiblemente, sólo está solo en el baño. Y eso depende de qué Presidente sea.
La seguridad particular y de la familia, que pasa a ser un compromiso del Estado, es otro de los grandes retos asumidos por un primer mandatario. Toda la familia cercana recibe un tratamiento de ciudadano especial.
Cuando se llega a ser Presidente ni siquiera hay que abrir puertas, con excepción de la del baño. O sea, se pierde todo, absolutamente todo. Aun así vale la pena el sacrificio patriótico y ciudadano. Ah, ¿y cómo se recuperan y se pagan los RD$1,500 millones invertidos en la campaña?