[dropcap]U[/dropcap]no de los sectores en los que se registra mayor evasión fiscal en República Dominicana es el de los profesionales independientes, ya que realizan sus labores con el cobro por servicios que en muchos casos se hace en efectivo y sin el sustento de una factura oficial.
Se destacan muchos casos, pero hay uno específico que si bien tiene el derecho de cobrar una tarifa adicional por sus servicios, también debería pagar impuestos por ese ingreso: son los médicos en sus consultas y tratamientos.
Cuando una persona va a un consultorio médico, con su carnet del seguro familiar de salud (SFS) tiene que pagar en forma adicional una diferencia que generalmente ronda entre los RD$1,000 y RD$3,000, a veces más, en efectivo y sin ningún sustento documental (factura).
Ese dinero le entra al médico libre de toda clase de gravámenes, pues no tiene que reportarlo a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
El profesional solo reporta lo que recibió del sistema de seguridad social a través del carnet del seguro del paciente y otros ingresos de salario formal.
Entonces, piense en ese galeno que cobra en consulta una diferencia de RD$2,000 por paciente y que en un período desde las 4:00 de la tarde a las 9:00 de la noche recibió 20 pacientes. Eso equivale a un ingreso neto, limpio, libre de gravámenes, no registrado de RD$40,000. En cinco días son RD$200,000, al cabo de cuatro semanas se mete en RD$800,000.
Eso es aparte del ingreso regular de la consulta a través del carnet del seguro del paciente, que le alcanza para pagar el local del consultorio y el salario mínimo de la secretaria que le asiste.
No es que sea injusto el cobro, aunque pudiera ser exagerado. Lo injusto es que ese ingreso promedio de RD$800,000 mensuales, casi un millón de pesos, que ese galeno recibe no paga impuestos, mientras todos los demás profesionales o empleados formales debemos pagar los impuestos correspondientes con el sustento de facturas.
La DGII puede argumentar que es muy difícil captar a ese tipo de profesionales para convertirlos en contribuyentes al fisco y controlar esa evasión que en la escala correcta puede sumar decenas y hasta cientos de millones de pesos dejados de cobrar a los diversos profesionales independientes y hasta empresas que no entregan factura con número de comprobante fiscal (NCF).
Para la DGII, me permito hacerle una propuesta. Si como entidad recaudadora la DGII generaliza la obligatoriedad de entrega de factura con NCF por todo tipo de pago que reciban empresas y profesionales independientes o no, y a la vez le anuncia a los ciudadanos que reciben los servicios y hacen los pagos que, sin hacer declaración jurada, todos los meses o trimestres o años, les devolverá en efectivo el 10% de lo que pagaron por concepto de ITBIS en las facturas, más el 2% del valor pagado, es seguro que la gente comenzará a reclamar facturas con NCF por todo lo que paguen y harán filas en la DGII para ir a buscar su compensación cada mes, trimestre o año, de acuerdo con lo acordado.
La operatividad sería así: Usted va a un consultorio y paga RD$2,000 de diferencia por la consulta, pero exige la factura con NCF. Como la salud no está gravada con ITBIS, no se aplica para este caso, pero sí se aplica el 2% del monto, es decir, RD$40. Cuando usted le reporta a la DGII que pagó esa factura, la DGII le entrega los RD$40 y de inmediato registra en su base de datos a ese médico, quien por ley debe pagar por lo menos el 10% de impuesto sobre la renta (ISR) por el ingreso que recibió.
La DGII cobraría por lo menos RD$200 (el 8% de ese monto) con solo aportar un 2% de compensación al ciudadano que sirvió como agente de información e identificación de esa contribución nunca antes registrada.
Si el servicio no es de salud, sino de otra índole y paga ITBIS, el contribuyente al entregar 18% sobre los RD$2,000 (RD$360) luego recibe de la DGII la devolución de RD$36 (10%) y la DGII asegura el cobro de RD$324 (90% del 18% de ITBIS). Una forma efectiva de eliminar la evasión de impuestos y a la vez compensar a los ciudadanos.