[dropcap]E[/dropcap]l miércoles de la semana pasada, el presidente Danilo Medina dio el primer palazo para dejar iniciados los trabajos de construcción de la Estación Depuradora de Aguas Residuales del río Ozama, Mirador Norte-La Zurza. Sin duda, una obra cuyo aporte al medio ambiente lo veremos prácticamente inmediatamente después de su puesta en funcionamiento.
Esta puede ser considerada como una obra humana. Los más beneficiados no sólo serán los residentes de la zona circundante, sino toda la capital. Además, el turismo, la economía dominicana y las próximas generaciones.
La obra está a cargo de Incaterna Consulting y supervisada por la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD). La inversión, financiada por Deutsche Bank, será de 55.7 millones de euros.
Esta obra no sólo es necesaria, sino que debió haber sido construida hace muchos años, a fin de evitar el desastre ecológico que ha afectado a los ríos Ozama, Isabela y toda esa zona, cuyo potencial económico, con el desarrollo del turismo, ha sido frenado porque sólo ha recibido la espalda del Estado.
De manera directa se benefician los residentes de La Zurza, Cristo Rey, Villas Agrícolas, Villa Consuelo, Villa Juana, Ensanche Luperón, Viejo Arroyo Hondo I y II, Isabel Villas, Capotillo, Cuesta Hermosa I y II, Simón Bolívar, Sabana Perdida, Villa Mella y Los Guaricanos, así como 54 industrias que operan en el área de influencia.
Es justo reconocer el trabajo realizado por la Comisión Presidencial para la Rehabilitación, Saneamiento y Preservación y Uso Sostenible de la Cuenca de los Ríos Ozama e Isabela, creada por el presidente Medina mediante el Decreto 260-14. Esta entidad ha servido como un motor de impulso a todas las iniciativas tendentes a recuperar estas fuentes acuíferas del Gran Santo Domingo.
Además, es de lugar aplaudir que en La Nueva Barquita se construyen tres plantas públicas para el tratamiento de aguas residuales totalmente ecológicas, sanas y autosostenibles, que funcionarán como humedales, mediante lagunas artificiales con plantas en flotación que absorberán los desechos de las aguas residuales, para lograr que lleguen limpias al río y no lo contaminen.
República Dominicana está entre los países con menos emisiones de gases que contribuyen al cambio climático y que ha reducido las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 3.6 toneladas per cápita a 2.9 toneladas. Obras como la iniciada la semana pasada contribuyen con el compromiso asumido por el país en el Protocolo de Kyoto.
El país se ha trazado como meta reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25%, lo que incluye contar con un 32% de la matriz de generación eléctrica proveniente de fuentes renovables.
República Dominicana es un destino de inversión sin igual gracias a la Ley 57-07 sobre los Incentivos a la Generación de Energías Renovables. Una muestra de ello lo representan los parques eólicos Larimar y Los Cocos, así como de energía fotovoltaica Monte Plata Solar.
Estas iniciativas deben ser resaltadas por todos los ciudadanos conscientes de que el medio ambiente debe ser cuidado como uno de los activos más importantes que tiene la economía de un país, pues de su salud depende la existencia humana.