[dropcap]L[/dropcap]as emisiones de deuda interna del Estado se producen mediante dos vías: los bonos que emite el Gobierno a través del Ministerio de Hacienda y los certificados que coloca el Banco Central.
Ambas formas de emisión tienen objetivos distintos, ya que Hacienda lo hace para obtener dinero que utiliza el Gobierno en el Presupuesto Nacional cuando tiene déficit, mientras el Banco Central lo usa como un instrumento de política monetaria para controlar el circulante y garantizar la estabilidad macroeconómica.
Pero aunque con fines distintos, hay aspectos coincidentes en estas emisiones como el hecho de que ambas tienen muy buena calificación (AAA), además de que son las que pagan mejores tasas de interés, por lo que son las más atractivas para los inversionistas institucionales como para el público.
Sin embargo, llama la atención el hecho de que las tasas de interés que pagan no son iguales, a pesar de que al final de cuentas el emisor es el mismo: el Estado, ya sea por el lado fiscal o por el lado monetario.
Pero, ¿por qué los bonos de Hacienda y los del Banco Central pagan diferentes tasas de interés, aunque los plazos de vencimiento sean los mismos?
Hay varias explicaciones para eso, aunque la de mayor peso es de carácter impositivo y se traduce en una distorsión del régimen tributario en cuanto al tratamiento fiscal que otorga a esos instrumentos.
Los valores emitidos por Hacienda están amparados en la Ley de Bonos, que los exonera de toda clase de impuestos. No tienen el gravamen de 10% sobre los intereses que sí se cobra a las emisiones del Banco Central; además de que pueden usarse como instrumentos de pago de impuestos a su vencimiento, lo cual no se puede hacer con los certificados de la autoridad monetaria.
Asimismo, los bonos de Hacienda están exonerados del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de la ganancia de capital.
De ahí que, las empresas con títulos valores del Banco Central deben pagar al fisco un gravamen de 25% por concepto de ISR, mientras que los títulos del Ministerio de Hacienda están exentos de ese gravamen.
Esas exoneraciones le dan a los bonos de Hacienda un mayor rendimiento que los del Banco Central.
Cálculos
Los técnicos del Banco Central han hecho los cálculos sobre el impacto económico que pesa sobre los valores que emite con los gravámenes establecidos en comparación con los de Hacienda con las exenciones mencionadas. El resultado es de alrededor de un 33%.
Para tener una idea y a manera de ejemplo, un título de igual denominación y vencimiento de Hacienda que pague un 10% de interés anual, si es emitido por el Banco Central, para surtir el mismo efecto en términos de rentabilidad, tendría que ser emitido a una tasa de alrededor de 13.3%, es decir, 3.3 puntos porcentuales más.
Pero aún así, el Banco Central ha logrado emisiones con plazos parecidos a los de Hacienda y con tasas similares o menores, lo cual indica que, en términos indirectos, está emitiendo deuda a menor costo.
La más reciente emisión de deuda de Hacienda fue a un plazo de 10 años y con una tasa de interés anual de 10.87%.
Partiendo de la compensación que implican las exenciones, el Banco Central debería pagar por un título similar una tasa del 14.5% anual; sin embargo, sus últimas colocaciones han estado por debajo del 12%.
De hecho, en la actualidad, los valores en circulación del Banco Central se están colocando a una tasa de interés anual de 11.5% a siete años y hasta un 10.49% a cinco años, lo cual constituye un logro en materia de política monetaria en base a la consistencia de la tendencia a la baja de dichas tasas.
Distorsión
Rossanna Ruiz, economista y asesora de la Gobernación del Banco Central, en declaraciones a elDinero explicó que cuando se compara un título de similar plazo entre la institución monetaria y el Ministerio de Hacienda, el inversionista lo que calcula es la tasa efectiva, es decir, el rendimiento real que obtendrá luego de hacer todas las deducciones impositivas.
“El inversionista se pregunta: ¿cuánto, en términos porcentuales, significa en puntos de tasa un bono exento o un bono gravado?”, expresó.
Los puntos porcentuales necesarios para compensar la diferencia en el rendimiento son el costo impositivo que está implícito en la exención entre los títulos de Hacienda y los del Banco Central.
Esas exenciones a la deuda emitida por Hacienda son por la Ley de Inversión de Bonos, que no se aplica a los instrumentos del Banco Central.
“Es una distorsión”, manifestó la economista Ruiz. “En las mejores prácticas internacionales, para emisores públicos se homologan esos tratamientos fiscales, precisamente, para no generar esa asimetría en el mercado, porque son señales diferentes”, agregó.
La asesora dijo que las autoridades monetarias están trabajando con eso para ver si en el futuro se elimina la distorsión, aunque reconoce que se trata de un proceso al que ha de llegarse.
Incluso, los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) han observado esa situación y le han planteado al Gobierno la necesidad de corregir esa distorsión en los costos de emisión de deuda estatal.
Deuda interna
Al cierre de enero de este año la deuda interna del sector público no financiero asciende a US$7,899.3 millones, equivalente al 11.5% del producto interno bruto (PIB), mientras que los valores emitidos por el Banco Central a ese mismo mes, sumaban RD$394,338.1 millones, equivalentes a alrededor de US$8,861 millones que alcanzan el 12.9% del PIB.
Si a esos montos de deuda interna se suman los US$16,911.1 millones de deuda externa, se tiene que la deuda del sector público consolidado asciende a alrededor de US$33,672 millones, es decir, alrededor de 49% del PIB.
En su reciente revisión del comportamiento de la economía dominicana durante el pasado año 2015, el FMI informó que al cierre de diciembre la deuda pública consolidada del país rondaba el 48.5% del PIB, por lo que recomendó continuar aplicando políticas que contribuyan con una manejo adecuado de esos compromisos, a los fines de que no resulten tan costosos en cuanto al pago de interés cada vez que se hacen nuevas contrataciones.