[dropcap]E[/dropcap]l factor más importante para determinar si un país va a progresar es la educación. No es casualidad que la Fundación EDUCA, una organización sin fines de lucro que se ha destacado por ser uno de los propulsores más arduos de la transformación educativa del país, sea fuertemente respaldada por los sectores productivos nacionales. Esto se debe a que una vez la población adquiere altos niveles de educación, la misma se vuelve más productiva y obtiene mayor poder adquisitivo.
El primer eslabón de la cruzada para mejorar la calidad de la educación fue la campaña para destinar el 4% del producto interno bruto a este sector.
En este sentido, se pudiera criticar que la mayoría de la nueva inversión ha sido destinada a la construcción de planteles escolares, en vez de mejorar la calidad de la docencia, pero todavía estamos en una etapa inicial de esta inversión. Esperamos que esta situación vaya cambiando durante los próximos años.
No obstante, pese a que el enfoque de la campaña del 4% ha sido la educación primaria (una inversión a largo plazo), entendemos que para el mejoramiento a corto de plazo del clima de negocios en el país, y para mejorar la vida y las perspectivas laborales de aquellas personas que ya se encuentran en el mercado laboral, es necesario también enfocarnos en la educación continuada.
Es muy común observar en nuestro entorno laboral que una persona que tiene el deseo y la capacidad de progresar se ve obligada a dejar atrás estos sueños por falta de apoyo o de recursos económicos. Esto representa una pérdida no solo para esa persona, sino también para la empresa que la emplea y la sociedad en sentido general.
Algo que distingue a los países que han evolucionado y que cuentan con excelentes climas de negocios, tal como Chile o Singapur, es precisamente el hecho de que les ofrecen facilidades a aquellas personas que ya ejercen una profesión o un trabajo determinado para mejorar su desempeño en esa labor. Por igual, es sumamente importante promover la educación continuada durante toda la carrera de cualquier profesional.
A modo de ejemplo, cito a mi madre, la Lic. Mary Fernández, que en esta pasada semana, y ya habiendo alcanzado una posición de gran éxito en su profesión, culminó un año y medio de arduo estudios al obtener su Maestría en Derecho de Propiedad Intelectual de la Universidad de John Marshall de Chicago.
El hacer factible el deseo de superarse a sí mismo y ofrecerle ayuda económica a aquellas personas que no cuentan con los recursos económicas para hacer este sueño realidad debe ser una prioridad del gobierno y de la sociedad.