[dropcap]E[/dropcap]l gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, está pidiendo que se derrame el crecimiento económico que experimenta el país. ¿Qué quiere decir? Que la población reciba el bienestar que exhibe nuestro país y que presentamos con orgullo ante las demás naciones de la región. Llevamos dos años liderando el crecimiento en América Latina. ¡Wao!
Pero el gobernador no está solo. Su petición también ha salido de las entrañas del pueblo. ¿Quiénes conforman el pueblo? Todos: abogados, periodistas, policías y militares, amas de casa, chiriperos, choferes, cajeros de bancos, empleados de supermercados, empleados públicos y todo aquel que recibe un salario.
La economía dominicana casi se ha triplicado en los últimos 15 años. Sin embargo, ese bienestar, admitido incluso por el presidente Danilo Medina, no ha llegado en proporción lógica a la gente. Y de eso se trata, de lograr que el crecimiento se exprese en la calidad de vida de los ciudadanos.
¿Quiénes se benefician de un derrame del crecimiento? Valdez Albizu volvió a tener razón. Dijo que los sectores productivos, pues cuando la población mejora su poder adquisitivo también consume más y si compra más, habrá que producir más. Los industriales de Herrera se han referido a este tema.
“La única forma de derramar el crecimiento es aumentando los salarios de las personas más pobres”. Esta afirmación, del gobernador del Banco Central, tiene todo de verdad. Mientras no se mejore el nivel de ingreso de la gente que menos acceso tiene al consumo de calidad, no habrá igualdad o equidad.
El sector público debería poner el ejemplo. El salario mínimo mensual es de RD$5,117.5 y con ese “chin de dinero” no hay forma de cubrir la canasta del quintil I, el más bajo, que cuesta RD$13,022.8. Por supuesto, la pobreza no es justificación para entrar en el mundo de la delincuencia, como sí lo hacen muchos sin explicación.