[dropcap]S[/dropcap]iendo el 2016 un año electoral, el primer pronóstico que surge es que este será muy movido en cuanto al gasto de consumo público, lo cual deberá tener repercusiones a nivel de la expansión del producto interno bruto (PIB).
Sin embargo, es probable que las expectativas de los empresarios en relación con los resultados de las elecciones provoquen un leve estancamiento en la inversión privada, por lo menos durante los primeros seis meses de este año.
También, es casi seguro que durante el 2016 el Gobierno continúe haciendo lo que nunca había hecho en materia educativa, lográndose la meta de construcción de alrededor de 30,000 aulas para el sistema educativo; esto a pesar de que no se pronostican mejoras sustantivas en los indicadores de desempeño de la educación dominicana, sobre todo si nos guiamos por los resultados recientes del porcentaje de profesionales que reprobaron los exámenes para impartir docencia en las escuelas públicas.
No obstante, el 2016 deberá ser un año de avance en el sector educativo, esperándose que el gobierno que surja de las elecciones de mayo mantenga los niveles de inversión alcanzados hasta este momento.
De igual manera, la tendencia hacia la baja que han experimentado los precios internacionales del petróleo y sus derivados durante los últimos meses, hace pensar que en este año eso no cambiará, por lo que el Gobierno continuará obteniendo fuertes ahorros por ese concepto, ya que no creemos que quiera transferir esa reducción a los consumidores.
La esperanza que nos queda es que estos recursos sirvan para algo “útil”: costear las plantas a carbón que se están construyendo, pagarle a los generadores privados, o para pagar la deuda externa.
Otro pronóstico es que parece poco probable que se logre el Pacto Eléctrico que desde hace meses se viene discutiendo. Además, entendemos –y esperamos- que se retomen las conversaciones para la reforma al Código de Trabajo.
De lo que sí pueden ustedes estar seguros es de que a partir de agosto del 2016, gane quien gane las elecciones, se estará hablando de una reforma fiscal, supuestamente integral, la cual vendrá disfrazada de Pacto Fiscal –con más impuestos y menos lógica para el gasto-.
Así también, no habrá sorpresas al final del 2016 con relación al PIB, pues ya los “organismos internacionales” pronosticaron que éste crecerá por encima de un 5% durante este año.
Ahora los dejo, pues iré a ver si los Santos Reyes me dejaron algo debajo de la cama.