No es sorprendente, aunque sí extraña la forma en que se manejan las cifras y las políticas de lucha contra la pobreza en República Dominicana. El tema viene a cuento por las observaciones que se desprenden de las estadísticas oficiales.
Veamos:
Hace algunos meses el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo dio a conocer un estudio, que supuestamente elaboró con base en la metodología del Banco Mundial, mediante el cual se detalla, entre otros puntos, que en los primeros tres años del gobierno actual (desde septiembre de 2012 a marzo de 2015) la población pobre bajó de 34.6% a 25.9%. En tanto que para el mismo período la población vulnerable, es decir la que no es pobre, pero tampoco es de clase media, pasó de 43.9% a 44.3%, casi no varió.
En tanto que la población de clase media, que en septiembre de 2012 era el 20.7%, pasó a un 28.9% a marzo de 2015, lo cual indica que en la gestión del presidente Danilo Medina un 9% de la población salió de la pobreza y un 8% alcanzó niveles de clase media.
En términos absolutos, “de septiembre 2012 a marzo 2015, el número de pobres logró una reducción neta de 787,124 personas y la clase media un aumento de 915,879 personas”, indica el documento del Ministerio de Economía.
Lo anterior ha de suponer que, dado que ahora hay menos personas pobres, el Gobierno debe depurar las tarjetas de asistencia social de Progresando con Solidaridad, a los fines de reducir la cantidad emitida y los pagos por ese concepto para invertir esos recursos en otras áreas sociales más prioritarias.
De acuerdo con las estadísticas oficiales del Banco Central sobre cantidad de tarjetas de subsidios gubernamentales vigentes, a octubre de este año había emitidas y activas 987,679. Se supone que cada tarjeta es una familia pobre, aunque datos llegados a elDinero indican que en muchos hogares pobres hay más de una tarjeta, mientras que en otros hogares pobres no hay tarjetas.
De todas formas, lo que llama la atención es que, en lugar de reducirse el número de tarjetas de Solidaridad, el Gobierno las ha aumentado. De hecho, al cierre del año 2014 habían 924,648 tarjetas de subsidios gubernamentales activas y al cabo de nueve meses aumentó en 79,411 nuevas tarjetas.
¿Cómo se explica que, si se ha reducido considerablemente la cantidad de pobres en el país, el Gobierno esté emitiendo nuevas tarjetas de asistencia a los pobres, cuando la lógica indica que debería reducirlas?
¿Acaso las tarjetas de Progresando con Solidaridad tienen un objetivo más allá que el de asistir a los pobres hasta que salgan de la pobreza?
¿Es que la cantidad de hogares pobres es mayor de lo que dicen las autoridades y las cifras de reducción de la pobreza son menores a las que se han publicado?
En el país se calcula que un hogar tiene, en promedio, cinco miembros (padre, madre y tres hijos).
Suponga que hay muchos con dos hijos u otros donde la madre es soltera y no hay padre. Por tanto, podríamos promediar cada hogar con cuatro miembros.
Entonces, si cada tarjeta de subsidio gubernamental se otorga a razón de una por hogar, se pudiera determinar que las 987,679 tarjetas activas a octubre de este año benefician a 3 millones 950,716 personas, que en términos relativos equivalen al 38.3% de los 10.3 millones de habitantes que tiene el país.
Por eso es un poco confuso el hecho de que el Gobierno informe que la población pobre en el país es apenas el 25.9% del total de habitantes, mientras que el número de tarjetas de subsidios gubernamentales dirigidas a hogares pobres evidencia que estarían enfocadas en el 38.3% de la población, que se supone es pobre, pues de lo contrario no tendrían tarjeta de Solidaridad.
Con base en esas cifras surgen nuevas preguntas, aunque relacionadas con lo mismo: ¿La población pobre es el 25.9% del total de habitantes o el 38.3%? ¿Las tarjetas de subsidios gubernamentales están distribuidas entre personas pobres o hay familias con mayores niveles de ingresos que las tienen y se benefician en perjuicio de las que sí las necesitan y no las tienen? ¿Las autoridades del Gobierno tienen debilidad en la supervisión y depuración de los beneficiarios de las tarjetas de subsidios gubernamentales o es que se asignan con criterios más políticos que sociales?… Lo dejo ahí…