[dropcap]E[/dropcap]l embajador de Estados Unidos, James W. Brewster, lamentó la alta incidencia de corrupción a todos los niveles de la sociedad dominicana, la cual perjudica los niveles de confianza en el país para hacer inversiones y negocios.
De igual forma, el diplomático criticó la inseguridad ciudadana y turística, la desigualdad social, la violencia contra las mujeres y la discriminación hacia minorías sexuales y de ascendencia haitiana.
Durante el tradicional almuerzo de Acción de Gracias organizado por la Cámara Americana de Comercio (Amcham-DR) en el hotel El Embajador, el diplomático consideró que el país enfrenta amenazas considerables en materia comercial, por lo que debe fortalecer su aparato productivo e invertir más en su gente. Entre esas amenazas se encuentra la eventual apertura de Estados Unidos a Cuba y la firma del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).
“No piensen que otros países temerán llegar a República Dominicana y competir contra sus empresas. Somos, ahora más que nunca, un mercado global, y tenemos que ser los mejores para ser exitosos. Una economía competitiva es aquella que prepara a su juventud mediante la escuela, la capacitación y las oportunidades de empleo para que puedan lograr el éxito”, dijo.
Brewster relató mala experiencia que tuvo con unos empresarios invitados al país con el fin de despertar su deseo de invertir localmente. “Imagínense el horror que sentí cuando recibí la llamada esa noche de uno de ellos, diciéndome que habían sido parados por un policía uniformado, que le habían apuntado con una pistola y le despojaron de su cartera”, expresó.
Recordó que los países con menores niveles de criminalidad son bien vistos de parte de los inversionistas extranjeros.
El embajador calificó la corrupción como un cáncer, siendo la principal preocupación más de parte de los empresarios dominicanos y estadounidenses. Entre sus consecuencias está el retraso del crecimiento, afecta el comercio e impide la aplicación justa de la ley.
Reveló que muchas veces escucha la preocupación de parte de potenciales inversionistas estadounidenses por temor a recibir un trato injusto o al pago de sobornos. “Los líderes empresariales en este salón saben que esta percepción sigue socavando la competitividad del país, y yo quisiera exhortarles a cada uno de ustedes a seguir presentando la corrupción como problema a los más altos niveles de su Gobierno”, agregó.