[dropcap]E[/dropcap]l Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) es un tratado de libre comercio integrado por Estados Unidos y otros 11 países de la cuenca del Océano Pacífico.
Aunque República Dominicana no ha participado de este tratado, el sector empresarial y público han seguido de cerca las estipulaciones establecidas. ¿La razón? El TPP podría dificultar la competencia de los textiles dominicanos, fundamentalmente, en el mercado estadounidense ante naciones como Vietnam y Malasia.
La preocupación local no es para menos, pues se trata de una amenaza a las zonas francas, el sector exportador más dinámico, pilar en la generación de divisas.
Aunque el acuerdo fue firmado el pasado 5 de octubre, los directivos de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona) aseguraron recientemente que el gobierno de Estados Unidos ha hecho ajustes a las reglas de origen, a petición de República Dominicana.
Adozona afirma que, para que las prendas de vestir terminadas en uno de los países signatarios entren libres de aranceles a territorio estadounidense, la tela debe ser elaborada en los países que conforman el acuerdo, dificultando la utilización de fórmulas importadoras que pudieran abaratar más el costo de producción.
“Para que las confecciones puedan tener un tratamiento libre de arancel, deberán ser elaboradas con telas de los países que conforman el acuerdo”, según José Manuel Torres, vicepresidente ejecutivo de Adozona.
Para Hugo Rivera, especialista en comercio internacional, el país fue lento a la hora de actuar frente al TPP, pudiendo haber negociado su entrada.
El especialista explica que estos países, además de que cuentan con mano de obra barata, tienen un sistema fiscal más atractivo que el dominicano, haciendo que retener la preferencia de la demanda estadounidense resulte cada vez más difícil.
Protección
Las empresas de zonas francas realizan alianzas con empresarios norteamericanos y centroamericanos del sector textil, con el fin de evitar la pérdida de cerca de un millón y medio de empleos, según Adozona El TPP constituye cerca del 40% de la economía mundial, con cerca de 800 millones de personas.
El acuerdo todavía debe ser ratificado por los respectivos países. Este sienta las bases para un súper bloque económico que reducirá las barreras comerciales en las 12 naciones que participan.
El acuerdo se firmó luego de cinco días de negociaciones en la ciudad estadounidense de Atlanta. Las negociaciones llevaban cinco años en curso, durante las cuales se produjeron varias demoras por diferencias en patentes farmacéuticas.
Además de reducir las barreras de impuestos al comercio entre las naciones, el acuerdo armoniza la legislación en temas como el acceso a internet, la protección a los inversionistas, la propiedad intelectual en áreas como los farmacéuticos y la producción digital, así como normas de protección al medio ambiente.
Después debe ser ratificado individualmente por las naciones firmantes. Los que apoyan el acuerdo dicen que tiene el potencial de aumentar en miles de millones de dólares el intercambio comercial y la actividad económica en la zona del Pacífico. Los críticos de la iniciativa alegan, en cambio, que fue negociada en secreto y que beneficia principalmente a las multinacionales.
La ronda final de negociaciones se demoró por disputas en torno a la protección de propiedad intelectual concedida a los medicamentos de última generación. Estados Unidos buscaba que se concedieran 12 años de protección a dichos medicamentos, para promover la inversión.
Otras naciones integrantes del TPP, como Nueva Zelanda y Australia, temían que dichas normas elevaran el costo de los sistemas de salud pública de sus países. Los exportadores de distintas naciones están esperanzados con la expansión comercial que promete el acuerdo, otorgándoles nuevos mercados.
En naciones como Estados Unidos varios sindicatos temen por el efecto que pudiera traer el tratado en el empleo interno de sus nacionales.
Países signatarios de TPP
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) fue suscrito por 12 países. De América, Canadá, Estados Unidos (primera economía del mundo), México, Perú y Chile. De Asia, Japón (tercera economía del mundo), Vietnam, Malasia, Singapur y Brunei Darussalam. De Oceanía participan Australia y Nueva Zelanda.
El gran ausente del acuerdo ha sido China, al que Estados Unidos ha abierto las puertas, siempre que muestre su disposición a aceptar normas en temas como la propiedad intelectual y en la protección a los inversionistas. El gobierno estadounidense, además, afirma que protege a los trabajadores y el medio ambiente.