[dropcap]M[/dropcap]e gusta insistir en el postulado de que el mundo nos brinda sorpresas frescas y nuevas cada segundo.
Durante las siguientes líneas, usted entrará a un espacio de concepto, donde la humanidad se manifiesta enteramente sobre el hecho de que las cosas cambian, pero las experiencias son las mariposas que todos perseguimos, muchas veces a oscuras, pero con la marcada intención de atraparlas y hacernos dueños de nuevas experiencias y nuevos sueños.
Se dice que la tendencia de los restaurantes clandestinos “underground dining” comenzó en el Caribe, para ser más directo en Cuba, y que continuó su revolución en Argentina, para la crisis económica de 2003. Un gran número de chefs desempleados se vieron en la obligación de generar ingresos con esta forma tan inusual y escondida.
No sabes a quiénes verás, quién se sentará a tu lado o cuál es el menú de la noche. Estas son sólo respuestas que se abren junto con la puerta de aquel apartamento parisino o londinense.
Sin embargo, el “boom” de esta modalidad no fue hasta 2009 en Europa, más bien Francia e Inglaterra, que es donde se encuentra la mayor proliferación de estos restaurantes clandestinos. Existen varias modalidades, están los que venden diferentes clases de vinos y otros más rústicos en que los comensales deben llevar los vinos a degustar.
Regularmente es un servicio inolvidable, en el que el chef sale de la cocina a explicar cómo se realizan cada uno de los platos, al momento de ser servidos en la mesa.
Los pioneros
The Secret Ingredient Horton Jupiter: acoge 10 comensales en su casa por el módico precio de 10 libras.
The Underground Restaurant: nace cuando una madre soltera en busca de recursos adicionales crea, en 2009, este restaurante secreto cuyo nombre se ha convertido en el genérico de la categoría. El nombre de la emprendedora no podía ser otro que Msmarmite Lover.
El más reputado
Hidden Kitchen: un auténtico must en la ciudad de la luz. Desafortunadamente, Laura y Bredan, sus dos chefs, han decidido dejar el mundo de la clandestinidad para abrir un restaurante ‘de los normales’. Así que, para los interesados, hay que darse mucha, mucha prisa.
Los más originales
Un Artiste à la Table: ofrece gastronomía, pero también arte. Dos españolas y una chef americana han irrumpido con fuerza en la escena underground de la capital francesa. Una exclusiva cena gourmet en un apartamento típicamente parisino y la posibilidad de compartirla con un artista local: un pintor, un escultor, o un director de cine, que de primera mano hará una exhibición de su arte delante de todos los invitados.
The Pale Blue Door: una de las sensaciones del momento en Londres. Camareros vestidos de Drag Queens y un ambiente absolutamente underground en este supper-club regentado por el artista Tony Honecker.
Lo cierto es que ni las barreras de una economía que amenaza, ni las distancias en los recorridos, impiden que el hombre siga a la caza de nuevas fronteras a explorar, que habiten en lo más profundo de su memoria y que se repitan en recuerdos para compartir una y otra vez, una y otra vez. Ahora queda esperar la dirección que tomará esta revolución, y el espacio que ocupará el tradicionalismo en la comida.
Bon appetit.