El empresario José Luis Corripio destacó la necesidad de que el país provea mejores oportunidades para que los jóvenes puedan salir de la pobreza y de la exclusión social por medio de la educación.
Durante el Desayuno Anual Pro-recaudación de Fondos del Centro Sopeña, Corripio enfatizó cuánto urge que se apoyen las instituciones como ésta, que fomentan el crecimiento profesional de aquellos menos pudientes, pues “si no se les proporciona empleos a las personas graduadas del colegio, se creará una legión de personas frustradas que luego de estudiar por 12 años no hay trabajo para ellos”.
Puntualizó algunos de los cursos que imparte el centro, localizado en Herrera, entre los que están electromecánica, cosmética, repostería, secretariado y ‘emprendedurismo’. Explicó que mecanismos como estos son una forma de combatir rápido el desempleo.
Hizo un llamado de atención a cómo considera que las personas deben contribuirle a la sociedad. “Lo único que no es reemplazable en la vida de las persona es su tiempo. Muchos damos dinero y creemos que damos lo más importante. El dinero es reemplazable. Va y viene. Las damas que atienden el centro Sopeña están dando parte de su vida”, dijo.
El padre Jorge Luis, quien es el nuevo párroco de la iglesia Santísima Trinidad y responsable junto al consejo asesor del centro Sopeña, agradeció por habérsele concedido la oportunidad de ser parte de la facultad.
Se le rindió tributo al reverendo Antonio Esquivel, quien instauró Sopeña y se reconocieron a los colaboradores que estuvieron con él al momento de la fundación. Estuvieron presentes los miembros del comité organizador y consejo consultivo.
“La virtud más importante es la caridad. Y todos aquellos que podamos ayudar a centros como el centro Sopeña, debemos hacerlo. Somos administradores temporales, nadie se muere y se queda con lo que tiene. Por eso hay que aprovechar el tiempo y devolverle a la sociedad lo que nos ha dado”, puntualizó.