[dropcap]S[/dropcap]iempre he sostenido la idea de que los problemas relacionados con la producción agrícola en República Dominicana son el resultado de una falta de planificación, por un lado, y de una permanente y dañina improvisación, por el otro. Pienso que es un tema de los sectores público y privado.
Es de carácter público porque la ausencia de políticas de Estado que fomentaran la agricultura a nivel de los pequeños y medianos productores, unido al escaso financiamiento y bajo nivel de tecnificación, constituyó por muchos años una fuente de generación de pobreza en el campo, que desembocó en un éxodo hacia los centros urbanos del país.
Pero es también de carácter privado cuando los empresarios agrícolas, buscando ganancias extras, empiezan a producir rubros que, temporalmente, han subido de precio por condiciones especiales en el mercado local o internacional. De esa manera, han llegado a inundar los mercados, cuyas consecuencias son una baja en los precios y una disminución en las ganancias, cuando no la quiebra. Ejemplos del pasado lo podemos encontrar en las papas, cebollas, leche, entre otros.
Sin embargo, el caso de los plátanos, y a los niveles de precios a los que ha llegado, es diferente. Según el Ministerio de Agricultura, la producción de plátano se incrementa en los meses de mayo, junio y julio, período en el cual empiezan a disminuir sus precios, con posterioridad a los incrementos normales que ocurren en el invierno.
Pero nadie contó con la astucia de la sequía, y tampoco nadie se imaginó que a esta altura del partido los productores de Moca, La Vega, Salcedo y Barahona, que producen alrededor del 70% del total, tendrían problemas para suplir el mercado.
De hecho, hasta este año, la producción de plátanos rondaba las 4 a 5 mil millones de unidades anualmente, lo cual se consideraba suficiente para abastecer el consumo local, la demanda de los hoteles, además de la proveniente del mercado haitiano.
Lamentablemente, la realidad es que los precios continúan incrementándose, lo que ha obligado al Gobierno a autorizar la importación de plátanos y, de esa manera, reducir el déficit y los precios.
Lo que me preocupa es que el plátano es un símbolo de fortaleza de los peloteros dominicanos, tanto así que utilizamos el término “Plátano Power” para promoverlo.
Ojalá esto no afecte el desempeño de nuestros muchachos que están empezando a formarse como peloteros, pero que aún no pueden pagar los precios a los que se está vendiendo el plátano.