Recientemente, diversos medios de circulación nacional se han venido haciendo eco sobre si debería eliminarse o no el centavo, o el denominado “chele” a nivel del argot popular, como unidad del Sistema Monetario Nacional, a raíz del conocimiento de un Proyecto de Resolución presentado por el Senador de la Provincia de Valverde, Mao, Manuel de Jesús Guichardo, que procura solicitar a la Junta Monetaria dicha eliminación.
A tal efecto, algunos alegan que parecería correcta y pragmática aprobar esta iniciativa, argumentándose “la desvalorización perceptiva y real que tiene el chele”, especialmente después de la evolución del tipo de cambio, ya que en la medida que se requieren más pesos por un dólar, va perdiendo significación el centavo. Por otra parte, otros señalan como justificación para eliminar el centavo, “el elevado costo de producción, emisión y transporte de las monedas con relación a su valor facial”, así como la supuesta inexistencia de monedas en circulación y el hecho de que se ha hecho uso y costumbre por parte de los comerciantes, anunciar precios con valores fraccionarios, aún cuando no devuelven las monedas, utilizando en definitiva prácticas de redondeo en su propio provecho.
Como se puede apreciar, a simple vista parecería que todos los caminos conducirían a un fácil y generalizado consenso respecto a que se elimine el centavo y la moneda fraccionaria en la República Dominicana, parafraseando la popular expresión de que “todos los caminos nos llevan a Roma”. Sin embargo, cuando se analizan cuidadosamente los aspectos legales, económicos, contables y financieros que convergen en dicho tema, la reacción es diametralmente distinta, y de inmediato se pasa de una percepción de “simpleza”, a una comprensión de que sus aristas son un tanto “complejas”, por lo que ameritan la debida ponderación.
Atendiendo a una invitación de la Comisión de Hacienda del Senado de la República, el Gobernador del Banco Central y un equipo de funcionarios explicaron a los honorables legisladores el pasado miércoles 24 de abril, las distintas implicaciones de índole legal, económica, financiera y contable que generaría la eliminación del centavo como unidad monetaria nacional, así como la experiencia internacional sobre dicho tema y la aclaratoria sobre al existencia en circulación y en bóveda de monedas en el Banco Central.
Para edificación de los sectores que han mostrado interés en el tema y de la opinión pública en general, se presentan en forma resumida a continuación las principales implicaciones que se derivarían de la eliminación del centavo:
Aspectos legales
La Constitución de la República establece como unidad monetaria “el peso dominicano” y faculta de manera exclusiva al Banco Central, como el único ente emisor de Billetes y Monedas de circulación nacional. En adición a estos cánones sustantivos, se consignan en la Ley Monetaria y Financiera, No. 183-02, de fecha 21 de noviembre de 2002, los demás aspectos atinentes al Régimen de la Moneda, correspondiéndole a la Junta Monetaria determinar las denominaciones y características de los billetes y monedas de curso legal.
En ese tenor, el Artículo 24 de la referida Ley 183-02, estipula que la moneda nacional tendrá pleno efecto liberatorio, debiendo ser aceptada como pago de toda obligación pública y privada. De igual modo, en la parte infine de dicho artículo, se contempla taxativamente, que “la contabilidad de las entidades públicas y privadas se expresará exclusivamente en términos de la unidad monetaria nacional, la cual se dividirá en cien (100) centavos”.
Como se infiere del marco constitucional y legal vigente antes expuesto, cualquier modificación al Régimen de la Moneda, incluyendo la eliminación del centavo y demás denominaciones fraccionarias, requiere necesariamente la introducción de un Proyecto de Ley en tal sentido, con relación a lo cual se precisa por mandato constitucional, de una votación especial de las dos terceras partes de la totalidad de la matrícula de cada Cámara Legislativa, cuando la iniciativa no surgiese como propuesta de la Junta Monetaria vía el Poder Ejecutivo. En otras palabras, no es posible mediante resoluciones congresuales o disposiciones administrativas de la Junta Monetaria hacer efectiva la eliminación del centavo del Sistema Monetario Nacional, se necesita para ello introducir una modificación al marco legal monetario vigente.
Implicaciones económicas
Son múltiples y diversas las transacciones económicas nacionales e internacionales que generan valores fraccionarios referenciados al centavo y demás monedas en circulación, por lo que su eliminación como expresión de unidad monetaria, conllevaría sustanciales distorsiones como consecuencia del redondeo, con potenciales efectos negativos sobre el país y los agentes con menor poder de negociación.
Por ejemplo, las operaciones de comercio exterior, tanto el valor de las importaciones y las exportaciones generan fracciones como consecuencia de una tasa de cambio expresada a nivel de cuatro decimales. No es lo mismo multiplicar el valor de una mercancía importada, cuyos precios de origen están denominados en otras monedas, por una tasa de cambio de RD$41.5117, que calcularlo con base a RD$42.00 por efecto del redondeo. Además del impacto inflacionario, se generaría un efecto dominó en toda la cadena de valor, incluyendo la valoración a precios FOB o CIF, la liquidación de impuestos y las disparidades en cuanto a obligaciones y compromisos con los países que realicemos el intercambio comercial, como es el caso de nuestro principal socio, los Estados Unidos de Norteamérica, en cuya Nación existe el centavo como expresión de valor de su unidad monetaria.
En el caso de operaciones monetarias, financieras y del Mercado de Valores, la eliminación del centavo o del “chele” implicaría reducir o aumentar los intereses generados por cualquier instrumento de ahorro o en la cuota de los préstamos a los sectores productivos, al comercio, a la vivienda y en sentido general. Tal es el caso, a título ilustrativo, de que una tasa de interés del 10.0% sobre un depósito de RD$632.00 por ejemplo, generaría intereses por RD$6.32, que de no existir el centavo, el ahorrante dejaría de recibir ingresos por treinta dos centavos, que podría representar sumas millonarias si extrapolamos este ejercicio a nivel de todos los ahorrantes dominicanos.
Pero las distorsiones se hacen más graves, cuando se aplica la eliminación de monedas fraccionarias al tipo de cambio y operaciones cambiarias. Redondear la tasa de cambio por efecto de que desaparezca el “chele” de la unidad monetaria nacional, provocaría elementos que podrían inducir a presiones al alza de esta variable tan sensible en términos del costo de la canasta familiar, afectando especialmente a los grandes conglomerados sociales más desposeídos y a los consumidores, además del impacto que se produciría en el pago de bienes y servicios, incluyendo renglones claves como es el servicio de la deuda pública.
Por otro lado, las recaudaciones fiscales también podrían resultar impactadas por la eliminación del centavo o del “chele”, al que algunos articulistas no le endilgan valor alguno. Prácticamente la generalidad de los impuestos están expresados en tasas porcentuales. Tenemos el caso del 29% del Impuesto Sobre la Renta, el 18% del ITBIS y el 0.15% de las transferencias electrónicas, por sólo mencionar algunos, que al ser calculados aplicando a dichas tasas el valor imponible, se generarían indefectiblemente valores fraccionarios; de tal suerte, que al pasar a un esquema de numeros redondos, se podrían ver afectadas las estimaciones de recaudaciones previstas en el Presupuesto General del Estado.
Como vemos, la eliminación del centavo, que generalmente a nivel comercial se utiliza como estrategia mercadológica, implicaría un redondeo generalizado que potencialmente presionaría un ajuste al alza de precios, pues esta práctica se aplicaría en todos los eslabones de la comercialización, es decir desde los mayoristas hasta el último detallista final. No es ocioso traer a colación que el peor impuesto a la población es la inflación y la devaluación, que deterioran el nivel de vida de la población y contribuyen a aumentar los niveles de pobreza.
Impacto contable-financiero
Al existir un mandato legal de que las contabilidades del Gobierno, de las instituciones públicas, de los bancos y de todas las empresas del sector privado están expresadas con base a la existencia de que un peso dominicano se divide en 100 centavos, el hecho de que se elimine el elemento fraccionario, implicaría elevados costos, ya que todos los entes tendrían que introducir ajustes en sus sistemas operativos, contables y en los softwares y plataformas tecnológicas, a los fines de reexpresar sus Estados Financieros.
Este importante esfuerzo, que algunas estimaciones preliminares arrojarían cifras que podrían estar oscilando entre un 5% y un 10% del PIB de la República Dominicana en dólares, sería un tanto comparable en cierta medida, a todo lo que implicó el cambio de milenio, o denominado Y2K, cuyo esfuerzo a nivel monetario, de recursos humanos y de tiempo fueron de gran significación, en adición a todos los inconvenientes y dificultades que este proceso conllevó en el normal desenvolvimiento de las actividades económicas.
Experiencia internacional
La primera economía del mundo, los Estados Unidos de Norteamérica, ha sido una de las naciones que más evidencia presenta de haber analizado cautelosamente el tema, sin que hasta la fecha haya podido introducir cambios legislativos para la eliminación del centavo.
La mayoría de los países que han eliminado la circulación de las monedas de menor valor están asociadas a la Zona Euro, aprovechando todos los cambios contables, operativos y tecnológicos que implicaba la adopción del Euro. Pero algo muy importante, es que lo han limitado a las operaciones en efectivo, manteniendo los valores fraccionarios a nivel de los medios de pagos vía el cheque y las transacciones electrónicas.
En tal sentido, los pagos en tarjetas de débito, tarjetas de crédito, transferencias y otros giros asociados al comercio electrónico, se mantienen expresados en cifras decimales o fraccionarias como expresión de valor de la unidad monetaria. Por tanto, lo que han promovido es la no circulación de algunas monedas, pero no la eliminación de las mismas de sus sistemas monetarios.
Monedas en existencia y en circulación
Al Banco Central de la República Dominicana, le compete por mandato legal satisfacer la demanda de billetes y monedas en tiempo oportuno y en óptima calidad, conforme los estándares internacionales en la material, para lo cual determina la cantidad de billetes y monedas en circulación que garanticen el adecuado desenvolvimiento del Sistema de Pagos y de las actividades económicas.
Actualmente se encuentran 564,585,109 monedas en circulación en la economía dominicana, de las 139,982,336 son de un centavo; 127,497,963 de cinco centavos; 152,332,579 de diez centavos; 116,380, 258 de veinticinco centavos y 28,391,973 de cincuenta centavos. En las bóvedas del Banco Central existen disponibles 9,414,891 monedas, incluyendo cantidades suficientes en cada una de estas denominaciones, que pueden satisfacer los requerimientos para que a nivel comercial se le devuelvan a los consumidores el cambio que corresponda por sus compras de bienes y servicios. En tal sentido, “sí hay centavos y monedas en circulación y en existencia”, y el Banco Central está en condiciones de satisfacer al Mercado en monedas, siempre y cuando así le sea demandado.
No obstante, tomando en consideración la sana preocupación a nivel legislativo y de la población en sentido general por el tema planteado, las autoridades monetarias han comisionado un equipo multidisplinario que pondere la búsqueda de alternativas que podrían ser evaluadas en lo que respecta a las devoluciones en las cajas de los comercios exclusivamente para las operaciones en efectivo, sin que se afecte la preservación del centavo y las monedas fraccionarias como expresión de valor de la unidad monetaria nacional. De esta manera, las transacciones por medios de pagos tradicionales como el cheque, por tarjetas de crédito, tarjetas de débito, transferencias y otras vías electrónicas, continuarían realizándose sin ninguna dificultad como ocurre en la actualidad, ya que reflejan con exactitud el valor transado en cada caso.
En ese tenor, lo aconsejable no sería “eliminar por eliminar el centavo”, sino evitar las graves implicaciones económicas, monetarias, contables, financieras e internacionales explicadas precedentemente, las cuales generarían serias distorsiones y presiones inflacionarias y cambiarias, que perjudicarían a toda la población dominicana.