[dropcap]E[/dropcap]l cliente entrega un brief a la agencia de publicidad, y pese a que la agencia lo descompone para buscar la esencia de la necesidad y la realidad del producto, el brief carga con la verdad de lo ocurrido, después de realizada la campaña.
Muy cierto es que una agencia puede desarrollar una campaña de mal provecho para cualquier cliente. De lo que hablo es de cómo el cliente lleva a la pena de muerte a una agencia, sin profundizar quizás lo suficiente para entender dónde se cometió el error.
Esto no convierte a las agencias de publicidad en víctimas, pero analizamos la presión tan grande por parte de las agencias en el mundo.
No es un secreto que el cliente construye, la mayoría de las veces, briefs mal fundamentados, incompletos, vacíos y confusos. Y se hace difícil que una agencia, que por demás jamás conocerá el producto tanto como el fabricante, adivine cosas dentro de ese brief.
El cliente puede llegar al punto de que después de analizado un brief luego de concluir una campaña, si el resultado es pobre, culpa a la agencia de que no detectó los errores. Esto es simplemente un absurdo; la agencia es una especialista en comunicación comercial de marketing, debe pensar objetiva y estratégicamente lo expuesto en el brief, y construir una campaña en consonancia que dé respuesta a lo entregado por parte del cliente. Esa es verdaderamente la responsabilidad de la agencia.
En más de una ocasión me he hecho eco de las penurias a que son sometidas las agencias de publicidad, a lo que las tambaleantes economías del mundo proponen retos de cumplimiento en metas de ventas y resultados, de manera que el panorama actual del mundo de por sí, es una de las más duras metas a cumplir.
En medio de todo esto, las agencias de publicidad deben coordinar una labor intelectual que requiere de mentes templadas y enfocadas para poder hacer bien su trabajo; es un trabajo donde se requiere la parte analítica y la parte artística, definitivamente, pero en un resumen donde la parte científica y sociológica se expresen plenamente dentro de un brief, que por demás debe incluir levantamientos de data y otras herramientas que hagan posible la producción de la pieza.
De nuevo se pone de manifiesto el cómo lo primero en cuestionar es la agencia, y este vago primer análisis por parte del cliente, termina con relaciones entre agencia y cliente que pueden seguir construyendo un mejor trabajo en equipo, donde se desprende la agencia y el cliente, y se funde un sólo cuerpo de trabajo.
No es para nadie un secreto, que la presión de las agencias de publicidad es cada vez mayor y es lamentable que esto esté ocurriendo, y lo más preocupante, verdaderamente, es el hecho de que cada vez menos el cliente presta atención a formular briefs que concluyan con un trabajo adecuado.