[dropcap]E[/dropcap]l pasado 3 de setiembre fue promulgado el Decreto 262-15 que establece el Reglamento de los Centros Logísticos y de las Operaciones de las Empresas Operadores Logísticas. Ese Reglamento ofrece una innovadora alternativa al régimen aduanero y logístico que impera en el país, y será de alto interés para la comunidad empresarial dominicana e internacional.
Define a los centros logísticos como aquellas áreas ubicadas en zonas aduaneras (aeropuertos, puertos marítimos, etc.) en las cuales se llevarán a cabo las actividades de transporte, logística y distribución de mercancías. Dentro de los centros logísticos podrán operar las empresas operadoras logísticas, que podrán ofrecer servicios de administración y distribución de mercancías, etiquetado, reexportación y transportación, entre otros servicios de logística y cadena de suministro de productos. Estas empresas también podrán ofrecer servicios de transformación mínima de la mercancía (etiquetado, subdivisión en paquetes, etc.), siempre que no sean transformaciones mayores.
Las mercancías que ingresan a los centros logísticos podrán permanecer por hasta doce meses sin pagar los aranceles aduanales que correspondieran a su ingreso al territorio dominicano. Por igual, la mercancía podrá ser trasladada a otro centro logístico o a una zona franca en la República Dominicana, mediante el uso de una declaración simplificada. Solo se tendría que presentar la declaración aduanal completa en caso de que la mercancía ingresara al territorio nacional o al momento en que se exportara a cualquier país en el extranjero.
Al igual que el régimen de las zonas francas, que han sido entidades clave para el desarrollo nacional por la cantidad de empleos que generan y las exportaciones que producen, los centros logísticos también generarán empleos y divisas. Sin embargo, la gran ventaja que ofrece el Reglamento no es únicamente la creación de empleos, sino que va más allá de esto, porque los centros logísticos van a permitir que República Dominicana utilice su condición geográfica para convertirse en un “hub” de mercancías de las Américas. Esto también facilitaría el desarrollo en nuestro país de clústeres de manufactura y servicios, estableciendo una cadena de suministro y producción, y de esta manera ayudando a abrir el paso a manufacturas de mayor valor agregado.
No existe ninguna ley o decreto que de por sí solo lleve a nuestro país a un estado de desarrollo pleno. Sin embargo, es importante destacar las herramientas que han sido puestas a disposición del empresariado dominicano para poder lograr esta meta. Es nuestra esperanza que el Gobierno, en consenso con los sectores de la vida nacional, continúe ofreciendo nuevas modalidades y facilidades para la creación de empleos de parte del sector privado.