Alan Greespan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos por casi dos décadas (1987-2006), mantiene la lucidez que demostró cuando con 42 años fue nombrado asesor económico de Richard Nixon en 1968. Desde entonces ha sido testigo y protagonista de los acontecimientos más transcendentales en la economía estadounidense.
El futuro económico de América Latina y en particular de Venezuela con el nuevo gobierno, especialmente porque llega en medio de muchas precariedades, es considerado por Greespan como una situación de especial atención, ya que no es un secreto que la nación sudamericana, manejada por casi 14 años por Hugo Chávez, está bajando su producción de petróleo y eso se traducirá en dificultades económicas porque su infraestructura se ha sustentado básicamente en el crudo.
Por ejemplo, dijo, la baja que experimentó ayer el petróleo en su cotización significará un cambio importante en las ganancias o ingresos de Venezuela y que con esta situación esta economía podría volverse inestable.
Sobre la forma en que América Latina pudo sortear la crisis económica que afectó a Estados Unidos y a Europa, el economista considera que la clave de la región estuvo en no cometer los mismos errores que sí cometieron los demás en cuanto al manejo de sus economías.
Reconoció el papel que juega Brasil como nación dentro del mercado latinoamericano y su impacto en la estabilidad de la región.
Sobre la administración de Nicolás Maduro, aunque aún considera que es una situación que no está definida, asegura que es difícil prever que haría en la presidencia de Venezuela en cada uno de los sectores que influyen en la economía, como es la producción de petróleo, ya que es un gobierno que deberá diferenciarse del de Hugo Chávez, quien como militar tenía todo el control e influencia en el gobierno.
En cambio, dijo, Maduro es un gobierno civil y estará por verse si podrá mantener todo el control como lo hizo su antecesor Chávez, de quien dijo involucró de manera creciente a los militares en su administración.
Se refiere a que todo indica que Venezuela está determinada a reducir su producción de petróleo y de hecho así está sucediendo, lo cual afectará su economía porque es fundamental en su estabilidad.