[dropcap]E[/dropcap]stados Unidos, la nación más poderosa del mundo, sufrió en el año 1929 una de sus más profundas crisis económicas, conocida como “la Gran Depresión”, que puso, de la noche a la mañana, a personas adineradas en la completa ruina.
Esa crisis se extendió por varios años y para 1932 existía en la sociedad norteamericana un aliento de esperanza marcado por la promesa del “New Deal”, que para solucionar la crisis prometió el demócrata Franklin Delano Roosevelt, quien un año después sustituyó en el poder al presidente republicano Hervert Hoover.
En medio de esa crisis, la idea de presentar a los norteamericanos una película sobre crisis financiera, pánico por el robo a un banco y su posible quiebra, era algo que requería de mucha valentía.
Pues ese reto lo asumió el legendario director Frank Capra, quien tuvo la osadía de producir un filme en esa línea en el año 1932, cuando los efectos de la Gran Depresión se sentían aún con fuerza en los bolsillos de la mayoría de la sociedad norteamericana.
Se trata del filme American Madness (titulada como La locura del dólar en español), que fue exitosa gracias a un guión de Robert Riskin que combina diversas situaciones en medio de una crisis bancaria, pero sobre todo muestra al administrador del Union National Bank, Tom Dickson (Walter Huston) como un hombre generoso, que confiaba en la palabra de las personas más que en la demostración de su solvencia para prestarles.
Esa, por supuesto, no es la característica real de los directivos de los bancos, pero era en ese momento la imagen que se necesitaba mostrar a los americanos para ir recobrando su confianza en el sistema.
La locura del dólar cuenta la historia de ese presidente del banco que basaba su práctica y total fidelidad al trabajo en la confianza hacia los depositantes y clientes de la entidad, algo con lo que los demás ejecutivos no estaban de acuerdo y por eso deciden destituirlo.
Pero la salida de Dickson se retrasa, porque en medio de esas diferencias administrativas, se produce un robo de US$100,000 al Unión National Bank y era necesario mantener a su presidente actual para manejar la crisis que vino después. ¿Cuál crisis? Ese es otro aspecto que muestra este filme enriquecido por el ingenio de Capra en la dirección: El rumor público y la forma en que la comunicación puede incidir en el agravamiento de una crisis.
El robo fue de US$100,000, pero se corrió la voz y entre mensaje y mensaje fue aumentando el monto que se revelaba sobre el robo hasta que llegó a informarse que había sido de US$1 millón.
La combinación de escenas, diálogos y acontecimientos rápidos en este filme de apenas 75 minutos, expresa con una mezcla de humor, dramatismo, realidad e ilusión, así como exageraciones en algunos momentos, la forma en que reaccionó la masa de clientes del banco al enterarse de que tras el robo el banco quebraría y corrían el riesgo de perder su dinero.
La fortaleza de este filme es que de un lado se muestra a favor del idealismo, la confianza en las personas, la aplicación de criterios humanitarios para otorgar los créditos en lugar del valor de las garantías materiales, mientras que de otra parte trata temas como la relación entre las crisis financieras y la alteración o divulgación inoportuna de la información en los medios de comunicación.
Pánico, problemas de liquidez, rumor público, información oficial y extraoficial, se mezclan para profundizar una crisis alentada también por el momento económico que vivía Estados Unidos cuando se presentó la película que llamó la atención del público, debido a que mostraba a Capra en otra faceta de su carrera de director, al tratar un tema delicado y mucho más serio.
Si le gustan los clásicos del cine y no le molesta el blanco y negro, tómese el momento de buscar esta película y disfrutar de estos 75 minutos de La locura del dólar, una historia de crisis bancaria de 80 años atrás sobre la que no hay mucha diferencia con lo que puede suceder en la actualidad.
Frank Capra
Su nombre original es Francesco Rosario Capra, nacido en Sicilia en 1897, pero sus padres lo llevaron a la edad de seis años a Estados Unidos, California, donde murió el 3 de septiembre de 1991. Inició su carrera de director en el cine mudo, con comedias.
En la década del 30 Capra se destaca con varios filmes como “Qué bello es vivir”, “Mr. Smith Goes to Washingyon” y “American Madness”, entre otros. Fue ganador de tres premios Óscar y se destaca entre los más renombrados directores de cine de Estados Unidos.
FICHA