[dropcap]L[/dropcap]os resultados del año pasado significaron un respiro para la industria del cemento, luego de la reducción de la demanda experimentada en 2011 y 2012.
El repunte en 2014 fue de un nada despreciable 18%, estimulado por el crecimiento de la construcción de 14%, gracias al buen desempeño de la economía en su conjunto.
El producto interno bruto (PIB) creció 7.3% en 2014, por encima del promedio latinoamericano, lo cual influyó de manera directa sobre el sector, considera Gabriel Ballestas, presidente de la Asociación Dominicana de Productores de Cemento Porland (Adocem), quien participó en el Desayuno Financiero de elDinero acompañado de la directora ejecutiva de la institución, Julissa Báez, y del asesor Francesco Cardi.
“Este año esperamos que, como es natural, ese proceso de crecimiento tienda a desacelerar, pero que todavía siga siendo positivo. Esperamos que la industria cementera este año crezca 5%”, afirma Ballestas.
El sector público tiene una ponderación en la demanda de cemento que oscila entre 30% y 35%, complementado por construcciones privadas que están estimulando el consumo. “No hay unos megaproyectos de infraestructura que diga uno que halen la demanda, sin embargo, hay proyectos habitacionales, el tema de educación y las escuelas”, agrega.
Y es que los proyectos actuales se iniciaron en años anteriores, por lo cual tuvieron un impacto demasiado grande en el ritmo del año pasado, como la segunda línea del metro o las escuelas nuevas.
“El sector público se mantiene estable. No hemos visto un pico de crecimiento. Hubo una fase lenta en el principio del año, pero se empieza a dinamizar”, asegura. Entre 2008 y 2009, el consumo de cemento disminuyó, repuntó en 2010, mientras que entre 2011 y 2012 volvió a descender, con un crecimiento notable el año siguiente.
“Somos optimistas en eso. Vemos una demanda del sector privado muy interesante. Los procesos de autoconstrucción están creciendo. El sector, digamos, minorista está muy fuerte y que el impulso que ha tenido desde el sector público con la construcción de nuevas aulas también ha sido muy importante”, expresó en ese sentido.
Otro aspecto destacado es que el dinamismo no se limita la actividad propia de la construcción de las escuelas, sinoque la circulación de dinero se expande por zonas donde se realizan estos proyectos.
Resalta la importancia que ha tenido el sistema de sorteos de las aulas en todo el país, evitando que la gestión de la construcción se concentre en unas pocas firmas, sino en manos de muchos ingenieros de todos los lugares del país, que a su vez han demandado insumos localmente.
“Ha sido muy positivo. Como sector lo vemos muy interesante. Este año va a continuar y lo vemos con mucho interés”, sostuvo Ballestas.
Vivienda
Perciben que la construcción de viviendas está impulsando la demanda. Un ejemplo es la construcción de Ciudad Juan Bosch, que augura unos años prometedores para los cementeros.
“El país necesita más de ese tipo de proyectos. Hay una brecha habitacional grande y sin dudas este tipo de proyectos contribuyen a la solución, pero hay que hacer más”.
Según Ballestas, los cementeros y los constructores se encuentran inmersos en un proceso de búsqueda de soluciones que permitan una oferta de vivienda económica asequible con el fin de satisfacer las necesidades del país.
Para ello, según explica, necesitan la mano del Estado, con adecuadas políticas que fomenten el acceso a un techo digno.
“En la medida en que se logre estabilizar tasas de interés competitivas y largos plazos de créditos hipotecarios, eso contribuiría significativamente a que esa demanda se vuela mucho más sólida de lo que es ahora y que esa brecha se cierre”, dijo.
Ese es uno de los focos en los que la asociación ha estado trabajando y en el que quieren seguir avanzando en los próximos años. “Es un esfuerzo que no lo vamos a hacer solos”, considera el empresario.
Buen clima y mano de obra capacitada
Ballestas destaca la receptividad y las condiciones favorables de República Dominicana para la inversión extranjera, ofreciendo seguridad jurídica y un entorno económico favorable. De ahí que cinco de las siete empresas que integran el sector son de inversión foránea.
Por otro lado, destacan la presencia de mano de obra cualificada, con las habilidades que requiere industria, lo cual les ha permitido ahorrar en la contratación de personal de otros países, a excepción de proyectos puntuales. “Se encuentra también buena mano de obra. Hay profesionales con buena formación. No necesitamos importar recursos humanos de otros países. Solo para proyectos específicos se seleccionan”.
Por otro lado, el país permite la realización de todos los componentes que para la fabricación de los productos finales de la industria, como yeso, piedra caliza, arcilla… de manera que todo es “hecho en RD”. Destacan la integración que las empresas han tenido con su entorno y las comunidades cercanas, con programas específicos.