[dropcap]E[/dropcap]l presidente Danilo Medina, consciente de que en tiempos de campaña política algunos funcionarios no distinguen entre los peculios públicos y particulares, lanzó la advertencia: queda prohibido utilizar recursos del Estado en las actividades con miras a las elecciones de 2016.
Sin embargo, es bueno que el jefe de Estado tenga claro que todos los gobiernos han tenido experiencias amargas relacionadas con funcionarios que, independientemente de la intención oficial de evitar el uso de los recursos públicos en la campaña a favor de uno o varios candidatos, lo hacen por encima de todos y de todo.
El hecho se da, básicamente, con algunos funcionarios que se creen dueños y señores, especialmente en pueblos medianos y pequeños donde es mucho más difícil de evitar esta mala práctica.
La señal que da el Presidente es positiva. Los ciudadanos deben ser los principales garantes de que se cumpla y no precisamente los funcionarios. Cada dominicano debe estar vigilante para detectar cualquier uso indebido de los recursos del Estado. Por más endiosado que esté un servidor público, hay que hacerle ver que la actividad política particular no debe involucrar recursos del Estado.
No soy pesimista. En este caso, como lo hecho en otros, me pongo la ropa de optimismo, pues entiendo que sí hay algo que ha mostrado Medina es justamente muy buenas intenciones de llevar a cabo un gobierno transparente. Además, él debe tener conciencia de que cualquier ápice de irregularidad podría empañar la buena imagen que ha logrado mantener en estos tres años de gestión.
Confío en que esta vez, viniendo de un hombre de Estado que sabe qué sucede en estas coyunturales políticas, los dominicanos no tendremos que escuchar las malas nuevas de que algún funcionario ha utilizado un vehículo o mandado a echar combustible a vehículos para que participen en caravanas.
Esperemos que tampoco obliguen a los empleados a participar en actos políticos.