La economía actual se sustenta como principal fuente de energía, en la explotación del petróleo, carbón, y gas natural, o sea la economía de hoy está basada en los combustibles fósiles, en depósitos de hidrocarburos que se han generado desde hace millones de años.
Y aunque todavía más del 80% de la energía que se consume en el mundo proviene de estos combustibles tradicionales, por diversas razones, entre ellas la reducción de la contaminación ambiental, nos encaminamos a una nueva era energética, donde las llamadas energías alternativas, solar, eólica, serán la regla, no la excepción.
Será una gran revolución energética que cambiará el mundo en todos los aspectos incluso en lo político y social, será más democrática ya que personas y países no sólo consumirán, sino que producirán su propia energía.
El presidente Leonel Fernández en su momento, pudo ver más allá de la curva, a sabiendas de que el fin de los combustibles fósiles baratos se acercaba, envió un proyecto de ley al Congreso para incentivar la producción de energías alternativas y renovables, como la eólica, solar etc., esa es hoy la Ley 57-07 sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y sus Regímenes Especiales, con el reglamento 202-08, que ya tiene varios años en vigencia y ha servido de marco para el surgimiento de varios parques eólicos y de energía solar fotovoltaica en República Dominicana.
Si bien en estos casi 13 años de vigencia de la Ley hemos avanzado, yo creo que podemos y debemos estar mejor. Por ejemplo, República Dominicana está en el mismo trayecto del sol, como decía el poeta nacional Pedro Mir, además de que cada día es más barato la producción de la energía con paneles solares.
Ya sea con inversión nacional, extranjera directa o con alianzas público privadas, debemos plantearnos la autosuficiencia energética con las llamadas fuentes alternativas. Mire a su alrededor, casi todo cuanto le proporciona comodidad y se ha convertido en parte de su vida cotidiana, funciona gracias a energía que se obtiene de los combustibles fósiles que nosotros no poseemos, ni producimos. Mientras estemos en la etapa de transición entre la Era de los Combustibles Fósiles y la Nueva Era Energética, que esperamos no sea muy larga, todos debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad.
Economicemos energía eléctrica, gasolina, gasoil, sembremos un árbol, salvemos un riachuelo. La clase gobernante, tanto la pública como la privada, debe dar el ejemplo. Adelante.