El sector industrial dominicano encierra un gran potencial competitivo. Para desarrollarlo de manera conveniente y efectiva la retórica sirve de poca ayuda. De manera particular, vemos cómo se pierde tiempo y dinero en iniciativas que pretenden hacer más competitivas a las pymes (mejor ni hablar de las microempresas) bajo la falsa premisa de que son más flexibles, numerosas y propensas al emprendimiento.
No es que no se ponga la debida atención a las pymes. De ellas depende el sustento de miles de familias, además de que son actores de cierto peso relativo en las cadenas de suministros. No obstante, sustentar en estas unidades la salida al mercado global declarando la intención “de ser más competitivos”, es pura facundia y pérdida de un invalorable tiempo que ya no tenemos.
Como señala Mariana Mazzucato (2014), reconocida experta en finanzas, innovación y desarrollo, “…a pesar de que muchas de las empresas que más crecen son pequeñas, hay muchas empresas pequeñas que no lo hacen. Los estallidos de crecimiento rápido que promueven la innovación y la creación de empleo a menudo están protagonizados por empresas que existían desde hacía muchos años y fueron creciendo de manera paulatina hasta que se produjo la etapa de despegue”.
La reconocida autora puntualiza que “este es un problema muy importante, puesto que muchas políticas gubernamentales se centran en las exenciones y ventajas fiscales de las pymes, con el objetivo de hacer que la economía sea más innovadora y competitiva”.
Mazzucato señala que si bien las pymes crean empleo -sin perder de vista el efecto estadístico de ser pequeño a nivel macroeconómico (JS)-, también lo destruyen en grandes cantidades cuando cierran, además de que “no existe ninguna relación sistemática entre tamaño y crecimiento”, siendo las pequeñas a menudo menos productivas que las grandes.
De acuerdo con la prominente economista “…debido a que la mayoría de las pequeñas start-ups (unidades productivas de nueva creación que comercializan productos o servicios a través del uso intensivo de las Tics, JS), fracasan o son incapaces de crecer más allá de tener un solo propietario-trabajador, dirigir las ayudas hacia ellas a través de subvenciones, préstamos blandos o exenciones fiscales conllevará forzosamente un elevado nivel de despilfarro” (negritas mías).
Sentencia que “a pesar de que este despilfarro es una apuesta necesaria en el proceso de innovación, es importante como mínimo diseñar el proceso y la financiación empleando lo que sabemos sobre empresas innovadoras “con elevado crecimiento”, en lugar de hacerlo con ideas pintorescas sobre la importancia de las pymes como categoría agregada (lo cual apenas significa nada, a efectos prácticos)”,
Para nosotros, estando en absoluto acuerdo con los atrevidos planteamientos de la citada economista, lo más importante, en el caso dominicano, es cambiar desde arriba (Estado y cúpulas empresariales) el enfoque sobre lo que debe ser el Sistema Nacional de Innovación y Desarrollo Tecnológico, sin mencionar otras “revoluciones” que deben producirse en la forma de conceptualizar muchas realidades, esto, si es verdad aspiramos a la competitividad dinámica.
Este sistema debe convertirse de hecho, al decir de Christopher Freeman, en una red de instituciones cuyas actividades inician, importan, modifican y difunden nuevas tecnologías y cuyo propósito prioritario es circular y difundir el conocimiento por los engranajes decisivos de la economía.
El cambio tecnológico y estructural es posible promoverlo casi exclusivamente desde este sistema. Para ello debemos integrar y articular estratégicamente los actores clave (entre los que tendríamos muchas pymes); consolidar una alianza con el Estado que no solo centre su interés en sus compras y grandes y apetecibles proyectos; distribuir de manera razonable y planificada la investigación y el desarrollo (I +D) a escala de toda la economía nacional; articular los centros del conocimiento con las empresas de la delantera y, finalmente, incorporar la infraestructura de la calidad a los procesos de innovación y desarrollo, entre otros elementos.