El presidente Luis Abinader informó recientemente que en 2020 el Gobierno logró reducir el déficit fiscal en cerca de dos puntos porcentuales, para cerrar en 7.7% del producto interno bruto (PIB).
Esto, gracias a que, de un lado, se recaudaron RD$22,000 millones más de lo previsto en el segundo presupuesto complementario y, por otra parte, se dejaron de gastar 54,000 millones, del monto total programado.
Pero no se trató de un dinero ahorrado, sino dejado de gastar. Es decir, el Gobierno paralizó inversiones que estaban en proceso, pero que de todas formas son necesarias.
Si usted va a hacer una casa con una inversión de 10 millones de pesos y al final la termina con 8 millones de pesos, su ahorro es de 2 millones. Pero si, en cambio, usted lo que hizo fue que no terminó la casa, pues le falta la cocina y los baños, y le quedan 2 millones de pesos; eso no es un ahorro, sino un dinero dejado de gastar en detrimento de prioridades no ejecutadas.