¿Recuperación? ¿Transición? Ya sabemos que el 2020 marcó la humanidad con una pandemia que, a juzgar por lo que sucede en términos de los nuevos contagios y la cifra de muertes en todo el mundo, promete quedarse, sin quizá, por todo el 2021. Esta es la pura realidad sin ánimo de ser pesimista, sino realista.
El proceso de vacunación ya se ha iniciado en muchos países, principalmente en los más desarrollados, pero sus efectos esperados están aún por verse. Aunque hay mucha esperanza puesta en las vacunas, pues serían clave para recuperar la confianza, el camino por recorrer parece largo.
Las consecuencias del covid-19 han sido catastróficas no sólo para la salud, las familias y la cultura, sino que sus efectos en la economía quedarán marcados por mucho tiempo. Aunque es nuestro deseo, este 2021 no puede ser bautizado como el año de la recuperación. No creo que alguien con la suficiente conciencia podría esperar que se recupere la economía global en este año, aunque sí haya crecimiento económico algunas zonas o países.
El deseo no es suficiente. El leve crecimiento económico que pueda producirse en este año no será suficiente para, siquiera, volver al nivel que teníamos al cierre de 2019. Este 2021, en todo caso, es importante que lo veamos como un período de transición. Esto significa que es un año fundamental para tomar decisiones transcendentales para asegurarnos de lograr una plena recuperación a partir de 2022, período que sí sería más lógico para retomar la senda del crecimiento económico pleno.
Lo más importante en este 2021 es recuperar la salud y la confianza. Una pandemia que ha matado a casi dos millones de personas y contagiado más de 85 millones de seres humanos, merece un enfoque más centrado en estos dos aspectos. Evitar el colapso del sistema sanitario, a toda costa, es fundamental para luego pensar en la recuperación de la economía en todos los órdenes.
Quizá por este enfoque fue que el presidente Luis Abinader rompió con la tradición de más de cinco de décadas de declarar cada año con algún interés nacional. Según el jefe de Estado, este 2021 merece que se le ponga atención a más de un sector. Y estoy de acuerdo, pero sobre todo será necesario no perder de vista que sin salud no habrá economía.
Aunque el presidente Abinader justifica su decisión en razones económicas, y podría decir que tiene razón en parte, también es importante destacar que no podemos sembrar esperanzas falsas en la población. Este año es transcendental para tomar decisiones que habrán de servir para que tengamos una economía fuerte. Un ejemplo es nuestro sistema tributario. Ahora es el momento de revisarlo desde la A hasta la Z, pasando por todas las leyes que generan gasto tributario al Estado, a fin de garantizar un crecimiento económico inclusivo y sostenido en el tiempo.
La responsabilidad, por supuesto, no sólo es cuestión del Gobierno; también los ciudadanos, cada quien, desde su posición, puede hacer algo, puede poner su granito de arena.